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miércoles, 8 de enero de 2014

ENERO




Se debe empezar el año por algo y creo que lo más correcto sería  comenzar con...Enero.
En mi blog seguiré con lo mismo: un poco de todo, en general y de nada en especial, según llegara la inspiración del momento.
Hoy, vuelvo a  empaquetar otra vez mis libros y las antiguas revistas, para un nuevo viaje. No me hace mucha gracias pero es una forma más, para comenzar un año. Encontré un Almanaque de 1927 de la Revista “Blanco y Negro” y decidí dejarlo a mano, para comenzar cada mes del blog con el articulo correspondiente. Estamos en el mes con que principia el año:


HISTORIA DE LOS MESES. ENERO 

Escenas populares del año: Madrid. La Feria de San Antón (foto: Portela)

ROMA, la Roma imperial que dictó leyes al mundo, adoptó para su uso los grandes mitos de Grecia: los redujo y los “academizó”. En la  Mitología griega, Zeus era el firmamento constelado, con la infinita magnificencia de compendiar todo lo que representan en potencia lumínica y creadora los millones de astros que pueblan el espacio.
Roma convirtió a Zeus en el portero que abre y cierra el cielo a la luz, y lo personificó en Jano (de janua, puerta), proveyéndolo de un bastón en la diestra mano y de una llave en la siniestra. (Con cambiarle el bastón por un chuzo, ya está descubriendo el comienzo del linaje de los serenos madrileños.)
Para deificar al excelso portero, lo hizo dios del cielo luminoso y de los orígenes y principios de todas las cosas. Le dedicó un templo en la capital del Imperio, en el monte que aún conserva el nombre de Janículo, y le instituyó como homenaje las fiestas llamadas Januales.
El pueblo, considerando que el guardián abridor y cerrador de las puertas del universo debía lógicamente velar por los hogares, lo reverenció como señor de las puertas y de los huecos que dan luz a las viviendas, y, con un pequeño esfuerzo de imaginación, lo conceptuó encargado de abrir las puertas de la vida y de llevar, con la luz, la paz. 

Por compañera le fue atribuida Cárdea (de Cardines, los goznes de la puerta), y como el arco triunfal (janua) tiene dos fachadas, los artistas inventarón el Jano doble, con dos caras, mirando a lo pasado y a lo porvenir. Y cayó sobre el portero celeste la calumnia de la doblez, de la cual todavía no ha logrado redimirse.
Para inmortalizarlo en su recuerdo, lo conmemoraron en la aurora de cada día, en las calendas de cada mes y en el primer mes  - comienzo de entrada- de cada año.
Jano, trodaco en Jánitor (portero), fue y continúa siendo, el padrino de Januarius o Januario, nombre del mes con que principia el año.
Y al arromanzarse en Castilla el idioma que codificó Nebrija y que muy luego ennobleció Cervantes, el Januario. Pasando de boca en boca, se deformó y se transformó sucesivamente.
Acaso, durante algún tiempo, fue Januero; después, probablemente, se simplificó en Janero y finalmente, con la elisión de la inicial y la transformación de la a en e, se llegó a Enero, que, por deber su nombre a Jano, fue y continúa siendo el portero del año.



LO MEJOR DE ENERO
por Manuel Abril
La sentencia vulgar “Año nuevo, vida nueva”, eso es lo mejor de 
enero Reconocemos en ella que nuestra vida está deteriorada y que necesitamos una nueva. Esto no se nos ocurre nunca en Marzo.
Entramos por Enero en la vida con el optimismo en el alma y una docena de uvas en el cuerpo; las doce píldoras del específico regenerador que nos ha de volver nuevos. Tampoco se nos ocurre en Marzo recurrir a tal específico. Si en Marzo, o en cualquier otro mes que no sea el de Enero, se nos ocurre reanimarnos, recurrimos a esas mismas píldoras, pero la forma líquida y según fórmula no nueva, sino lo más añeja posible.
En Enero damos todas la medida de nuestra aspiración y capacidad al buscar la Nueva Vida. Quienes van al Bazar de Vidas Hechas y aceptan la primera que les cuelgan, según patrón. Así les viene luego de anchas, o de estrechas. Quienes, confundiendo la moda con lo nuevo, se encargan una vida de última novedad: vida celeste o roja, vida Benito, vida Plus Ultra o vida Plus simplemente. Hay modelos de vida gris, sustancia con ribetes de liberty; hay modelos azul gendarme o azul Prusia (pero éste ya se encuentra un poco demodé, aunque puede volver a llevarse), con  adornos paja de Italia y acuchillados de Marta o de Marte; hay modelos verde viejo con aplicaciones renard….
Algunos de limitan a volverse la vida del revés, como se vuelven las gabrdinas. Se zurcen la herida del corazón, en donde llevaban el pañuelo, y vuelven la casaca, haciéndose ilusiones de que no se les nota.
Pero eso no es vida nueva; eso es volver lo viejo para dentro. Y eso es un error, porque es por dentro por donde la vida se renueva. No hay que darle vueltas.
Por vueltas que le demos siempre resultará que, de Enero a Enero, perdemos la vida en manos del banquero y en derredor de mesas más o menos verdes.
La única vida  que no tiene cambio, ni vuelta, ni quiebra,, es la otra, la Eterna. Es la única que no se deteriora; por algo es eterna. Pero hay que morirse para pasar a mejor vida. Mientras andemos por aquí, todas se deterioran.
Por eso conviene que llegue el mes de Enero y nos recuerde que, sea lo que fuere nuestra vida, debemos estar atentos para, de año en año, renovarla. Como las papeletas del Monte.



Texto e imágenes: Revista BLANCO Y NEGRO, ALMANAQUE 1927

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