Describir una Mascletá es algo imposible.
La Mascletá se SIENTE. La emoción y las sensaciones que
genera no son comparables con nada conocido antes.
Aprovechando la Mascletá de hoy, deseo compartir algunas
fotos del evento. Son simples fotografías tomadas rápidamente con mi modesta cámara.
Seguramente, no reflejan nada de la vivencia de una Mascletá; faltan los
vivos colores, el sonido fuerte y sorprendente de las explosiones, el olor a pólvora; falta la alegría y la emoción colectiva de todos los reunidos.
Parecía un tranquilo día de primavera, soleado, con algo de
viento y algunas nubes viajando sobre el cielo azul de Valencia en Fallas.
La Plaza
del Ayuntamiento se preparaba para la Mascletá de hoy.
El Teatro Rialto y el Ateneo Mercantil, juntos, miraban con indiferencia
la gente pasar.
Un árbol en flor esperaba paciente el paso del tiempo,
mirando hacia el reloj de la Plaza.
La fuente, con sus flechas de agua apuntando hacia el cielo, parecía la protagonista.
...y la gente llegaba y llegaba desde todas las esquinas,andando lentamente,como sin preocupaciones, ni prisas, como sin rumbo alguno.
En pocos minutos, el perímetro de la Plaza era un verdadero mar de gente, lleno de colores y alegría.
El sol lo inundaba todo. Un helicóptero volaba pero perecía un lento pájaro silencioso ya
que el bullicio de las masas cubría cualquier
otro sonido con risas y palabras.
También, estaba lleno de gente y aquel balcón de los importantes, bajo la
tolerante sonrisa de las estatuas blancas, tan acostumbradas al evento.
Apenas se podía percibir la música
sonando lejos; era un conocido pasodoble valenciano, después Paquito el chocolatero y por último El Fallero del Maestro Serrano.
Era la música que llena de orgullo a los valencianos y nos contagia de emoción a los que no lo
somos.
Debe empezar. Desde la tribuna, algo dijeron y se inició la Mascletá…..
Todo comenzó en una esquina con una explosión; fue el primer disparo pirotécnico. Después, otro y otros, una rápida sucesión de explosiones.
Después,el sonido aumentó en intensidad y volumen hasta un nivel casi insoportable. Parecía que todo vibraba y sonaba. Los truenos aéreos se acompañaban de colores y mucho, mucho humo. Era la Mascletá...
Pero después de sentir una Masclatá, todo es distinto: el mundo parece mejor, la vida más viva, el sol más brillante y Valencia...más fascinante.
Parece que algo dejamos atrás y volvemos a comenzar de nuevo.
Todo comenzó en una esquina con una explosión; fue el primer disparo pirotécnico. Después, otro y otros, una rápida sucesión de explosiones.
.. y terminó. Un aplauso colectivo y las ovaciones de los reunidos, finalizo este único espectáculo primaveral.
El humo subió, dispersándose lentamente, dejando paso a los rayos del sol.
También, la gente se disperso con sus prisas para volver a lo cotidiano.
Pero después de sentir una Masclatá, todo es distinto: el mundo parece mejor, la vida más viva, el sol más brillante y Valencia...más fascinante.
Parece que algo dejamos atrás y volvemos a comenzar de nuevo.
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