“…en vista de los actuales acontecimientos, la Triple
Alianza, formada por la Peste, la Muerte y el Hambre, ha decidido declarar la
guerra a la humanidad” (Dibujo de Bartolozzi)
LA GUERRA Y EL HUMORISMO
LUCHA DE CARICATURAS
Publicado en la Revista LA ESFERA, numero 46, del 14 de Noviembre, 1914
Autor: Silvio LAGO
Mientras los ejércitos se destrozan mutuamente, la tierra se encharca de sangre, vuelan sobre los campos de batalla los dirigibles que arrojan la muerte y los cuervos que descienden á recogerla; mientras las ciudades se derrumban, las juventudes—esperanza de los pueblos—caen cuando iban á florecer, y mientras quedan sin amparo millares de mujeres y de niños á quienes la guerra arrebató los hombres que eran su apoyo, los lápices de los caricaturistas no permanecen inactivos. Completa, rubrica esta guerra de caricaturas la otra de las notas diplomáticas y los partes de agencias y Estados Mayores de las naciones beligerantes.
Sin embargo, no sólo luchan los humoristas de las naciones
que están en guerra, sino también aquellos que pertenecen á Estados neutrales...
oficialmente.
La verdadera psicología de un pueblo está en los lápices de
sus caricaturistas. Acaso el destino también. Su misión es algo más supremo y
decisivo que el reflejar aspectos ridículos ú obtener asombrosos parecidos
fisonómicos con la mayor gracia y simplificación posible.
Eso no sería bastante para la verdadera importancia social
de la caricatura. Arte, éste, tan sutil y preciso, refleja los momentos
contemporáneos con una exactitud, con un instinto histórico y una conciencia
instintiva de la vida futura, que á su lado cualquiera de las Bellas Artes se
empequeñece, y la literatura se confiesa avergonzada de sus artificios
retóricos.
El caricaturista sorprende el aspecto grotesco de los seres,
de las cosas y de los episodios, pero, además, tiene el propósito de que el
espejo en que vemos reproducidos episodios, cosas y seres en toda su ridiculez
ó en toda su infamia, sirva también el día de mañana para volver á
reproducirlos bellos, armónicos y fuertes.
Por si esto no fuera bastante, el caricaturista ríe y ríe
siempre. Unas veces para atenuar el dolor; otras para acentuarla alegría;
algunas, pare imponer sanas rebeldías á los hombres de corazón sano y alma
noble.
Por eso, siempre que un pueblo se liberta de sus tiranías, ó
sencillamente se renueva, encontraremos la razón de ello en un hombre de
ciencia, en sus pensadores, en sus poetas, en sus artistas, incluso en
algunos—muy pocos—de sus políticos; pero también, y sobre todo, en sus
caricaturistas. Conforme la vida se va normalizando poco á poco y nos
acostumbramos, algo miserablemente, á leer impasibles la muerte de miles y
miles de hombres, los periódicos satíricos vuelven á publicarse como antes y,
como antes, los caricaturistas zahieren, se burlan y atacan, agresivos y
crueles, á los hechos e ideas de su época.
¿Cómo antes, realmente? No. Los caricaturistas prescinden de
comentar, irónicos y mordaces, la vida interior de su nación para atacar á la
nación enemiga. El amor de la patria envuelve y domina á los odios de partido.
Ya no se deben reír de sí mismos, no deben atacar á los generales, á los
políticos, á los artistas, á las costumbres de su patria. Esos generales, esos
políticos, incluso esos artistas, son los que ahora la defienden; esas
costumbres han sido quebrantadas violentamente y acaso cambien por completo,
sufriendo como esclavos el collar de ignominias que les imponga el ejército
triunfador.
¿Cómo dudar entonces de la enorme y decisiva influencia de
la caricatura en estos momentos en que todos los esfuerzos son necesarios para
demostrar la brutal barbarie de unos, la astucia de los otros, la romántica
desesperación de éstos y el heroísmo grandioso de aquéllos?
Antes de la guerra europea se disputaban la primacía del
humorismo Alemania y Francia. Sólo Inglaterra tenía derecho a intervenir, de
cuando en cuando, con sus periódicos satíricos, no tan admirables como Simplicissimus ó como Le Rire y L'Assiete au beurre (el Assiete
au beurre de los buenos tiempos rebeldes).
Sinceramente, honradamente, aunque mis simpatías
intelectuales y cordiales estén al lado de Francia, no puedo menos de reconocer
que los caricaturistas alemanes son de una fuerza, de una valentía y de un
ingenio extraordinarios.
En los dibujantes alemanes, se unen la frivolidad, el
simplicismo estilizado de la línea con la profundidad del motivo ó la punzante
crueldad satírica del asunto. No pueden sustraerse á su temperamento
especulativo y no en vano bajo su cielo han nacido los más sólidos y
fundamentales sistemas filosóficos.
Todos ellos—Heine, Gulbranson, Bruno, Paul, Klinger, Wilke,
Cristoffe, Ade, Jank, Leo Putz, etc.—no retrocedían ante nada; ni siquiera ante
el militarismo y el protestantismo religioso que son las dos fuerzas tiránicas
de Alemania; ni siquiera retrocedían ante la figura de Guillermo II, que no era
intangible como en otras naciones los reyes respectivos. Más de una y de dos
veces ha sido procesado el Simplicissimus
y han ido á la cárcel los autores de caricaturas contra la oficialidad germánica y en defensa
de los ideales renovadores del pueblo.
La guerra ha cambiado totalmente el carácter de las páginas
de Simplicissimus, del Lustige Blätter, del Ulk. Al fracaso del socialismo, á la
sumisión de los artistas, escritores y hombres de ciencia frente al
militarismo, en el célebre manifiesto dirigido á Europa, ha sucedido
lógicamente la desviación agresiva de los caricaturistas.
Caricaturas publicadas por los periódicos alemanes, entre ellos Simplicissimus, reproducidas con sus leyendas, por The Tatler, de Londres):
1. La última defensa francesa.- Soldados del 5º Regimiento de gorilas senegaleses, que vendrán a luchar por la civilización.
2. El Zar dirigiéndose á su pueblo para que acuda como un solo hombre á defender el patrio suelo amenazado
3. La revolución se aprovecha de las circunstancias para incendiar el Imperio Inglés en Egipto, en Transvaal e Irlanda.
4. El vivo núm. 7. – El Japón acercándose al río revuelto para pescar lo que buenamente se pueda
Caricaturas publicadas por los periódicos alemanes, entre ellos Simplicissimus, reproducidas con sus leyendas, por The Tatler, de Londres):
1. La última defensa francesa.- Soldados del 5º Regimiento de gorilas senegaleses, que vendrán a luchar por la civilización.
2. El Zar dirigiéndose á su pueblo para que acuda como un solo hombre á defender el patrio suelo amenazado
3. La revolución se aprovecha de las circunstancias para incendiar el Imperio Inglés en Egipto, en Transvaal e Irlanda.
4. El vivo núm. 7. – El Japón acercándose al río revuelto para pescar lo que buenamente se pueda
LA APARICIÓN
SOMBRA.- ¡Eduardo! ¡Eduardo! ¡Despierta!
EDUARDO GREY. - ¿Quién eres?
SOMBRA.- Soy lo que has perdido. Soy la conciencia.
(Alusión al ministro de Negocios exteriores inglés)
(Del Lustige Blätter,
de Berlín.)
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La terrible pesadilla de Nicolás (del Lustige Blätter de Berlín)
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Como sus famosos morteros de 42, las caricaturas alemanas son terribles, enfurecidas, de una vigorosa energía destructora contra Inglaterra, contra Rusia, contra Francia, contra la dulce, heroica y desgraciada Bélgica. Sólo ante el sueño agitado de Nicolás de Rusia, y ante el pánico de Trafalgar Square bajo los zeppelines, que ha publicado Lustige Blätter, podemos sonreír un poco. Los demás dibujos sangran como heridas, centellean como aceros al sol y buscan el corazón ó el cráneo como balas.
![]() |
El nuevo mortero alemán para reconocimientos
(De The Sketch, de Londres)
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En cambio, Inglaterra ríe. Los ingleses no pierden su serenidad. Dibujan caricaturas complicadas donde abundan letreros explicativos ó dan notas plenas de regocijo en que se burlan incluso de si mismos, como en el dibujo que se refiere al regimiento de artistas, autores dramáticos, poetas y cómicos. Los álbumes del Daily Mail, las planas del Punch, de The Sketch y The Tatler, publican caricaturas graciosísimas, burlescas, de una hilaridad inimitable.
¿Hay nada tan divertido como esos nuevos morteros alemanes que lanzan sentados en una bala a los soldados para vigilar en el cielo con sus gemelos.
MÁS SORPRESAS PARA LOS ALEMANES - ¿No podría
inventarse para la carga á la bayoneta un automóvil como este modelo y para
combatir grandes masas el lanzamiento de papel cazamoscas desde globos dirigibles?
(De The Sketch, de Londres)
El
militarismo inglés.- (Caricatura de The Sketch, de Londres, que ha sido muy
celebrada entre los intelectuales britanicos)
La situación
es crítica… ¿Cómo levantar el vuelo? (De The
Sketch, de Londres)
¡NAPOLEON!
(Caricatura
de The
Sketch, de Londres)
![]() |
El Kronprinz (Caricatura del dibujante belga Eduardo Gilis
de The Sketch, de Londres)
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¿Y Francia? Francia ha enmudecido. Francia, cuyos
caricaturistas son acaso los más admirables
del mundo, apenas hace
caricaturas. No debemos tomar en consideración las tarjetas postales, no muy
limpias ni correctas, de pintamonas anónimos en que se excita groseramente el
odio de los alemanes. Francia, la generosa, la noble, la admirable Francia, no
es responsable de esas caricaturas. Sus dibujantes han creído que cuando la
patria está en peligro, es mejor arma un fusil que un lápiz. En las tilas están
sus escritores, sus artistas y no quieren publicar los semanarios zumbones y
burlescos que continuaban la exuberante alegría de la raza. Sólo veréis Le cri de Paris (como un símbolo)
asomarse con su franja roja (simbólica también); sólo veréis los comentarios
del viejo Henriot en L' Illustration.— Silvio LAGO
Me tienes abonada a tus magníficos post.
ResponderEliminarQue pasada, y vaya trabajazos que haces.
Un saludo
Me alegra mucho que te gustan estos post. Tengo algunas antiguas revistas con muchos artículos e imágenes muy interesante y me gusta compartirlos. Hacerlo en mi blog, no es un trabajo sino más bien, un... vicio.
EliminarSaludos!
Qué gran artículo firma el señor Silvio Lago. Y qué dominio de la caricatura satírica de la época.
ResponderEliminarEs verdad que ahora también encontramos articulistas (no periodistas) muy buenos que se especializan en temas concretos con gran acierto, pero buenos suyos artículos aparecen de uvas a peras.
Las caricaturas con las que se ilustra el texto son estupendas. Las dos últimas son espectaculares, sobre todo la del káiser Guillermo II.
Y la representación del Reino Unido como un perro bulldog inglés sí que fue acertadísima. De hecho se la representa así desde entonces. Incluso en carteles británicos de la segunda guerra mundial recuerdo a Churchill transformado en perrico bulldog.
Abrazos, Marga!!!
.
El periodismo de hoy, parece no tener mucho en común con el arte de informar, transmitiendo ideas, conceptos, conclusiones, de reflejar los momentos con exactitud y con instinto histórico. Orientado principalmente hacia el sensacionalismo, muchas veces sin asesorarse de la verdad, presenta una información superficial, manipulada por ciertos intereses, incluso con gordos errores gramaticales. Los lectores, nos hemos acostumbrado a tolerar la mediocridad en todas sus formas y a creer todo lo publicado. Debe ser por la falta de criterios o por la famosa crisis de valores…
EliminarLa caricatura ha perdido su importancia social y ya no hace parte de las herramientas del periodismo cotidiano. El “aspecto grotesco de los seres, de las cosas y de los episodios” de hoy, ya no se ridiculiza, las ideas y los hechos de nuestra época, no son criticados ni atacados a través de la caricatura.
Pero existe el Internet…
Abrazos!!!