En el último siglo, cada año, miles de visitantes han disfrutado y se han divertido en una Valencia de antiguas tradiciones, con gente hospitalaria y alegre y con los impresionante monumentos falleros.
Valencia y sus FALLAS… Que son las fallas?
Actualmente, las fallas se definen como peculiares
monumentos satíricos, realizados con materiales
combustibles (cartón, madera, etc.), que se montan en las plazas y en
los principales cruces de calles, se exponen al público durante varios días y
se queman en la noche del 19 de marzo,
festividad de San José.
Por el momento, las investigaciones sobre la fiesta no han
podido concretar de qué manera surgió, y ni siquiera una fecha aproximada. Se
considera que, como otros rituales presentes a lo largo de la historia, las
Fallas son un ritual del fuego, símbolo
de la renovación: destruye las cosas viejas para dejar sitio a las nuevas.
Según la información disponible, la palabra “Falla” proveniente
del latin “Fácula” (antorcha) y es una palabra mozárabe (encontrada ya en la “Crónica” de Jaume I)
utilizada para denominar tanto a las antorchas de iluminación, como a las
fogatas de las fiestas. También, “fallas”, focs o “alimares" eran los fuegos
utilizados como sistema de comunicación por los Sarracenos para defender sus
costas de los piratas Berberiscos. Además servían, sobre todo el del Miguelete,
como guía de embarcaciones y de la gente del campo que regresaba a sus casas,
ya entrada la noche.
Sobre
el origen de las Fallas hay diferentes hipótesis:
La versión más popular, según el Marqués de Cruïlles, habla del origen de las Fallas en el gremio de los carpinteros. En la víspera del 19 de marzo, para celebrar el día de San José, los carpinteros valencianos hacían una hoguera purificadora con toda la madera que les sobraba, haciendo limpieza de los talleres antes de entrar la primavera.
La versión más popular, según el Marqués de Cruïlles, habla del origen de las Fallas en el gremio de los carpinteros. En la víspera del 19 de marzo, para celebrar el día de San José, los carpinteros valencianos hacían una hoguera purificadora con toda la madera que les sobraba, haciendo limpieza de los talleres antes de entrar la primavera.
También, se dice que en el invierno, para alumbrarse en las
últimas horas de la jornada, ya sin sol, los carpinteros situaban en el centro
del taller el “parot”, un palo vertical con uno o varios brazos, donde colgaban
velas y candiles. En primavera, para celebrar el patrón del Gremio y el fin
de las veladas invernales, sacaban el
parot a la puerta del taller y lo quemaban.
Con el tiempo, a la hoguera, añadieron otros trastos, y el parot vestido con ropas viejas, de manera que
semejara la fisonomía humana,representando a una persona a la que se quería criticar. Más tarde, se
le añadieron otros elementos conformando una pequeña escena con personajes,
denominados “ninots”, representando historias pícaras que afectaban al barrio o
a una calle en concreto. Junto a estos se incorporaron carteles alusivos a
situaciones sociales o personajes conocidos, de alto contenido satírico y
burlón.
Origen
del “ninot” – hipótesis
Según otra teoría, se
dice que las fallas nacen de la costumbre de lanzar a la hoguera un muñeco que
representa un personaje, como Lutero, Judas u otro, llamado del “ninot de mitja
Quaresma” (muñeco de media Cuaresma) o “parot” lo que explicaría la existencia
en las fallas de figuras y el carácter satírico de los monumentos.
La historia de las Fallas
No hay constancia documental que indique cómo y cuando surgieron las Fallas. El documento más antiguo relacionado con esta fiesta, data de 1784, cuando la fiesta ya estaba consolidada. Es un oficio de la autoridad municipal que regulaba la ubicación de los monumentos para evitar los incendios.
Inicialmente, las Fallas se reducían a piras de materiales
combustibles que se quemaban al anochecer de la víspera de San José.
A mediados del siglo XVIII, la falla se fue popularizando, empezaron a contribuir a ella el resto del barrio y dejó de colocarse y
quemarse junto al taller del artesano carpintero.
Al amanecer del día 18, en
algunas vías urbanas, aparecían peleles colgados en medio de la calle de ventana
a ventana, o pequeños tablados colocados junto a la pared, sobre los cuales se exponían
uno o dos muñecos (ninots) alusivos a algún suceso, conducta o personaje
censurables. Se amontonaba la estructura en las fachadas de los edificios y luego se trasladaba al centro de la calzada o de la plaza, la noche en que las quemaban.
Durante el día, los niños recorrían las casas
pidiendo enseres viejos para ser quemados a la vez que entonaban “una estoreta
velleta pa la falla de Sant Josep”, es decir “ una alfombra vieja para la falla
de Sant Josep” que se convirtió rápidamente en un canto popular. Preparaban
pequeñas piras de trastos viejos que también recibían el nombre de fallas.
Unas
y otras eran quemadas al anochecer de la víspera de San José, congregando en
torno a la hoguera una amplia participación popular. En este alegre acto vecinal, los parots disfrazados parodiaban a
personajes o sucesos ocurridos en el barrio ,
desde un tono divertido. También, a menudo ridiculizaban a personas
públicas y el clero. La algarabía popular que se daba cita junto al fuego celebraba
el fin del frío invierno y la llegada de los días de primavera.
Para el siglo XIX, los documentos sobre fallas se hacen más frecuentes.
Se considera que el documento más antiguo donde se describe por primera vez en castellano el contenido de una falla, es
el manuscrito firmado por José Calasanz Viñegue, fechado en 1819, en la ciudad
de Cáceres, bajo el título "Ocios entretenidos de 1819". Propiedad del bibliófilo y escritor valenciano
Rafael Solaz, el documento de 90 páginas, presenta información sobre las
celebraciones festivas de la ciudad de Valencia de principios del siglo XIX . Basado en la descripción que hizo José de
Calasanz Viñeque sobre cómo eran las fallas de 1817, Rafael Solaz realiza y publica el dibujo titulado "Hipotética
falla de principios del siglo XIX".
Hipotética Falla de principio del siglo XIX - dibujo original de Rafael Solaz
En aquel entonces, en la
mañana del 18 de marzo, se
plantaban la estructura con armazón de madera, que simulaba un teatro. Sobre la tarima de madera, recubierta ornamentalmente
con bastidores pintados, con lienzos o con paneles que ocultaban los materiales
combustibles, se colocaban varios “ninots”, estructuras de madera vestidas con
ropa auténtica y con máscara de cartón, representando una escena. En las
paredes próximas o en los bastidores del pedestal, se colgaban carteles que desarrollaban la glosa rimada del tema escenificado.
El nombre de “falla” se fue restringiendo exclusivamente a éstos monumentos con
escenas que reproducían hechos sociales censurables y crítica social siempre, con sentido del humor. Plantados en la víspera de San José, se quemaban esta
misma noche.
La
primera representación gráfica de las fallas, viñeta publicada en el “Calendario
pintoresco, profético, astrológico y lunático del Reino de Valencia”, año 1860.
Alude y critica la moda del miriñaque, tan usado en aquella época.
Además, la fiesta se fue arropando con otras expresiones
artísticas como las musicales y sobre todo con la pólvora.
Las Fallas fueron
evolucionando y cargándose de sentido crítico e irónico, mostrándose sobre todo
en los monumentos falleros. Dos temas ocuparon preferentemente a los falleros a
mediados del siglo XIX: la falla erótica y la crítica social.
En la segunda parte
del siglo XIX, el número de fallas aumenta, de una en 1852 a 16 en 1872. Los
grupos de vecinos que hacen fallas evolucionan y surgen las primeras comisiones
falleras
Durante el siglo XIX las autoridades mantuvieron una actitud
vigilante y censora ante las fallas e intentaron erradicar los festejos populares;
a principio de siglo fue con la justificación de modernizar y civilizar las
costumbres de la ciudad, y en los años setenta estableciendo gravosos impuestos
sobre el permiso de plantar fallas o tocar música. Estas medidas generaron
movimientos de defensa de las tradiciones populares liderados por artistas y
sobre todo escritores.
En 1855 comenzaran a editarse los “llibrets”, pequeños pliegos, con textos siempre en verso, escritos en valenciano y donde, de forma cómica, crítica o incluso erótica, se explica al visitante el tema de la falla que está contemplando.
En 1885 una de las revistas de apoyo a las fallas “La Traca”, otorgo los primeros premios a las mejores fallas, lo que estimuló el espíritu
competitivo entre los vecinos y dio lugar al nacimiento de la falla artística,
donde no desaparecía la crítica, pero predominaba la estética.
También, los diplomas otorgados en los concursos organizados durante las fallas, tenían una bella estética.
Para
el final del siglo XIX, las fallas era la fiesta más popular de Valencia. El
número creció y empezaron a plantarse en muchos pueblos. Comenzaron a hacerse
más grandes, más acabadas, con nuevos materiales.
En 1855 comenzaran a editarse los “llibrets”, pequeños pliegos, con textos siempre en verso, escritos en valenciano y donde, de forma cómica, crítica o incluso erótica, se explica al visitante el tema de la falla que está contemplando.
También, los diplomas otorgados en los concursos organizados durante las fallas, tenían una bella estética.
1915 Diploma "Cantor de les Falles"
1889 Falla de la calle Maldonado, foto Derrey. De las primeras fotografías que se conservan de una falla
1889 Falla calle Calabazas. Archivo J. Alcañiz. De las primeras fotografías que se conservan de una falla
1895 Falla plantada en el año 1895. Archivo J. Alcañiz
1898 Falla
Plaza de la Pilota
1899 Boceto falla de la Plaza de San Francisco esquina con la calle Cotanda
1925 Falla Plaza Castelar
1927 Tren fallero
1930 Falla calle Luis Morote
En 1901, el propio
Ayuntamiento de Valencia, otorgó los primeros premios municipales a las mejores
Fallas, en un momento con un clima social muy favorable. La sociedad valenciana
contaba con múltiples organizaciones culturales y valencianistas, recreativas y
deportivas, políticas y obreras, que potenciaron el desarrollo de las fallas
durante la primera década del siglo. Se
produjo una creciente fusión entre la fiesta fallera y la entidad valenciana y
se marca el comienzo de la unión entre
el pueblo y el poder político.
1901 Falla Ayuntamiento
Para principios del siglo XX, comienza a desarrollarse una
nueva concepción de las fallas. Los monumentos fueron aumentando en altura y
la estructura dual (tablado/escena) es
sustituida por un conjunto de varios elementos y niveles, superpuestos: una
base, un cuerpo central habitualmente de altos catafalcos o cajones, sobre los
que se colocaban los ninots con la cara de cera, vestidos con ropas de tela y
un remate que solía consistir en una gran
figura, el motivo alegórico que condensaba el tema expuesto en las escenas
inferiores.
El contenido de la falla no se hallaba ya inscrito solamente
en una escena realzada por el tablado, sino que estaba latente en todo el
conjunto escultórico y debía ser descifrado rodando la falla y recorriéndola
con la mirada de arriba abajo. La falla ahora debía ser fastuosa, imponente,
sugestiva, visible desde la lejanía. Adoptaron como ideal modélico la
monumentalidad, la proporcionalidad y el barroquismo.
1903 Falla en la Bajada de San Francisco, “Las víctimas de
la Tabacalera”
1906 Falla en Na Jordana, Titulo: “Júpiter en uno de sus días”
1907 Falla Paz-Comedias, BVE
1912 Plaza doctor Collado,
La Falla de la Margot (cupletista de moda en esta época )
1912 Falla C. Juan de
Austria
1914 Falla Calles del Mar-Altar de San Vicente. Lema “Xe,
ves a patina”,Círculo de Bellas Artes
Archivo J. Alcañiz
1915 Falla Salvador-Libertad. Archivo J. Alcañiz, Crítica a
la subida del pan
1915 Falla de la Plaza de Porchets, Primer premio
1916 Falla Plaza del Pilar. BV
1921- Falla Valencia
1925 Falla calle Sogueros1925 Falla Plaza Castelar
En 1927, la Asociación para el Fomento del Turismo, Valencia
Atracción organizó el primer Tren Fallero, que facilitaba la llegada de más visitantes a la fiesta. El éxito hizo que la sociedad
valenciana se involucrara todavía más en las fallas, incrementando el número de
monumentos y mejorar la organización. Ver vídeo: Fallas en Valecia años 1928, 1929, 1931
1927 Tren fallero
1930 s-1929 Estación Norte desde maques de Sotelo
En 1929, la Sociedad Valenciana de Fomento del Turismo encarga
el primer cartel de Fallas al cartelista José Segrelles Albert.
Este mismo año se
estrenó el pasodoble El FALLERO, compuesto por el maestro José Serrano y se
publicó el primer programa oficial de festejos.
Primer Cartel de Fallas de Valencia 1929, José Segrelles Albert
Al año siguiente, 1930, se convoca por primera vez el
concurso de carteles, consiguiendo el primer premio el profesor de la Escuela de Artes
Aplicadas, Vicente Canet.
En 1932 se edita el célebre cartel El farol, de Rafael
Raga Montesinos,considerado como muy logrado en ritmo y síntesis publicitaria, con un diseño de estilo Art Deco.
Cartel Fallas de Valencia, 1930, Vicente Canet, Primer Premio
Cartel Falles de Valencia, 1932, Rafael Raga Montesinos, “El
Farol”
A principio de los años 30 la fiesta había crecido mucho,
los monumentos alcanzaban los 15 metros de altura y se manejaba en su
construcción con habilidad, el cartón-piedra. Las fallas alcanzan profesionalización, se forma el gremio
de los artistas falleros, separando la construcción de las fallas de la
comisión fallera que se dedica a organizar la fiesta y pagar al artista fallero
por su trabajo.
También, aparecen las primeras Fallas infantiles.
1934 Construcción de la Falla calle Escalante,Cabañal. Artista
Modesto Gonzalez
Años 30, Una de las
primeras Fallas infantiles, situada en la Calle Naturalista Arevalo Baca
Para esta época, igual que en las otras formas de
arte gráfico, es notable la influencia del estilo Art Deco no solamente en la creación de los carteles y programas de
actos de la semana fallera sino también, en el diseño de los mismos monumentos de las Fallas.
1929 Falla Plaza de Mariano Benlliure, titulada “Juego de
Damas”
1930 Falla Blanqueras
1931 Falla Caballeros y plaza Manises BV
1934 Falla Plaza de la Región Valenciana. Artistas Canet,
Ramil y Just, Critica a la sociedad de consumo
Según la información publicada, durante la guerra civil española (1936-39) las fallas no
desaparecen, se siguen plantando fallas marcadamente propagandísticas de ambos
bandos, pero la situación económica de la posguerra hace que hasta bien
entrados los años cuarenta, no vuelvan a restituirse los monumentos a la
categoría que gozaban antes de la guerra.
Finalmente, como hoy, las Fallas son las fiestas donde los valencianos comparten con el Mundo su ciudad, su arte, su alegría y sus tradiciones
Traca - Siglo XIX, Calle de las Barcas, Valencia
Falleros- Principio siglo XX, Valencia
Carromano- Principio siglo XX, Valencia
1928, Valencia - Bunyolera
Bunyoleros en Fallas, Valencia