domingo, 20 de octubre de 2013

Pantomima en la Opera - Traviata en Valencia



Anoche, se estrenó la octava temporada del Palau de les Arts en  Valencia. 
Se intentó presentar “La Traviata”  de Verdi, según la producción del director alemán Willy Decker ,pero resultó una increíble parodia. Muchos aplaudieron y las publicaciones periodísticas de hoy, maquillaron bastante bien el ridículo incidente.

Hace varios años, la producción de Willy Decker, presentada en los más importantes teatros de ópera del mundo,  fue considerada como una interpretación sorprendentemente diferente de la ópera. Unos la consideraron como  algo novedoso, intemporal y sensacional, mientras que otros la calificaron como indignante eurobasura.

Cuentan que en el otoño de 1852, cuando Verdi decidió que su siguiente ópera “La Traviata”,  inspirada en “La dama de las camelias” de Alexandre Dumas,  sería una historia de amor entre una prostituta de alto nivel y un joven caballero burgués, escribió a un amigo que la obra era "un soggetto dell'epoca" - "un tema del momento", "un tema de nuestro tiempo".
Desde entonces, parece que la Traviata fue representada según la época cuando fue creada. En nuestra época, hemos conocido los dos extremos: la producción de Franco Zeffirelli que  en el Metropolitan , en 1989, recibió muchas críticas, por su “excesiva ornamentación  que dificultaba localizar a los personajes, y seguir su drama”  y más reciente, la producción minimalista de Willy Decker, que se presentó en el Festival de Salzburgo en 2005. Esta última, conocida por el popular DVD protagonizada por Anna Netrebko y Rolando Villazón,  hace parte de los tantos intentos de nuestro tiempos por alcanzar la originalidad y con ella, el éxito.

El tenor Ivan Magrí y la Soprano Nuccio, en un ensayo (foto Las Provincias)

Lo que sucedió anoche en el Palau de les Arts  de  Valencia es difícil de describir y de entender… No tengo fotos ni grabaciones y parece que si existen imágenes, nadie las publica.Pronto algunos de los entendidos de la ópera, allá presentes, lo harán y seguramente elogiando la improvisación y justificando el incidente...

Desde el inicio, por megafonía se anunció que el tenor  siciliano Ivan Magri,  tenía “una inflamación  de las cervicales” (no de las "verticales", como aparece en algunos periódicos...)  pero actuaría en el papel de Alfredo. Algo difícil de comprender, teniendo en cuenta que en Valencia existen médicos y buenos anti-inflamatorios… pero captamos rápidamente la idea de que el tenor actuaria con cierta rigidez del cuello. 

Comenzó el primer acto. Nada sorprendente… la presentación minimalista, casi surrealista de Decker. No era ninguna novedad  para los que pretendemos que nos gusta la ópera y estamos dispuestos a todo tipo de concesiones. Algunos podemos considerar que esta presentación es de mal gusto o vulgar, ofensiva y cruel con la mujer en general, lejos de cualquier realidad, etc., pero si somos algo más tolerantes (para hacer coro común con las masas…) aceptamos que es una presentación moderna, con mucho simbolismo...y muy, muy barata, acorde a nuestra actual crisis económica y de valores.  A cambio,  imaginamos que tenemos el derecho de  ver y escuchar ópera bien interpretada. Hoy, cuando está tan de moda aceptar y tolerar los múltiples intentos para alcanzar la originalidad, ni la opera se ha salvado. Además, desde hace mucho tiempo, ir a la opera tiene que ver más con la posición económica, política o social, de como con el nivel de cultura o con cierta sensibilidad.

 Muchos de los que llegamos ayer al Palau,  seguramente lo hicimos simplemente  para disfrutar  de la música y la representación de una popular ópera de Verdi.
Cuando se trata de un espectáculo con intérpretes al inicio de sus carreras, se dispone de mucha tolerancia por parte del público y se tiene la esperanza de encontrar alguna sorprendente estrella que inicia su ascensión. También, puede presentarse  algún incidente imprevisto, pero nunca se está preparado para lo que ocurrió anoche.
En este primer acto, sorprendía la acústica distorsionada. Difícil de saber si era por la magnitud de la sala que podía resultar inapropiada para este tipo de audiciones o por los aparatos que amplificaban y transmitían el sonido o por la mala calidad de las voces de los interpretes  o… la suma de todos esto factores.  La soprano parecía no dar la talla del personaje que se supone que interpretaba. Físicamente, no lograba  transmitir  lo que interpretaba, pero lo intentaba…  Su voz, en este tipo de escenario, tampoco le ayudaba; su  tono se bajaba mucho al cantar de espaldas al público. Hacia lo que podía… era la protagonista y creo que todos estábamos dispuestos a aceptarla. No vivimos en un mundo de exigencias y tampoco Valencia es el escenario de la mejor opera. Nos contentamos con poco…
Al aparecer el tenor, otra sorpresa: un joven con voz apagada y sin muchas ganas de cantar. Pero como el espectador sigue con su estúpido optimismo, piensa que una vez en el escenario, frente a nuestras caras ávidas de disfrutar del espectáculo, el principiante tenor toma impulso, se mete en su personaje y nos convence  que es Alfredo. No ocurrió este fenómeno y su personaje pasó casi sin importancia de este acto.

Terminó el primer acto sin muchos aplausos pero no termino con el entusiasmo y las esperanzas del público. Después de un largo descanso,  donde algunos aprovecharon para tomarse fotos con aquel escenario casi vacío, el público volvió para el segundo acto.
Apareció  Zubin Mehta, quien desde 2005 es el director titular del Palacio de las Artes Reina Sofía en la Ciudad de las Artes y de las Ciencias de Valencia, el orgullo de Valencia… Aplausos y ovaciones, como debe ser  para un veterano de la opera como él. Probablemente, muchos de los que asistimos a esta presentación inconscientemente pensamos que tan famoso director, no puede participar sino en un buen espectáculo.
Empezó el segundo acto con la escena bien conocida de la presentación minimalista de Decker, que supuestamente simboliza  el ambiente de una villa de las afueras de París, donde la pareja vive su amor, en armonía con la naturaleza. Telas estampadas con motivos florales y nuestra imaginación… lo suficiente. Vivimos en el siglo XXI y gran parte de nuestras vivencias  tienen que ver más con la imaginación de como con la realidad. 
Los protagonistas, con ropa ligera, lo normal en nuestros días, intentan ser simpáticos y graciosos, jugueteando y cantando. La soprano parece bastante animada, nos hacen reír e incluso, en  algún momento, acompaña al tenor  con gesticulaciones y una divertida mímica. Seguramente, no imaginaba que más tarde,  un nuevo  Alfredo haría el papel de mimo, pero en serio. Ni sus voces, ni la acústica general mejoraron pero los del público ya habíamos asumido la realidad. Aparece, Giorgio Germont; probablemente es el barítono Simone Piazzola . Hace una buena interpretación lo que genera una nueva esperanza para el publico,la de que el espectáculo pueda mejorar pero al volver Alfredo, todo cambia. La actuación impersonal del tenor, su nerviosismo y su falta de concentración indicaba que algo anormal estaba pasando. Afortunadamente, la representación se interrumpió y nos quedamos desconcertados, a la espera. Esperamos unos 20 minutos, el público parecía alterado, se emitió algún silbido, el famoso director musical, Zubin Mehta había desaparecido.... Finalmente, por megafonía se informó que el tenor no podía continuar. En un primer momento se piensa que existe otro tenor, el cover, quien  va a seguir en el papel de Alfredo o si no lo hay,  se suspende la función.  No fue así. A alguien se le ocurrió una idea increíble….
El tenor austriaco Nikolai Schukoff sustituiria a Ivan Magrì en el papel de Alfredo, pero sin actuar. Difícil de entender…  pero el espectáculo siguió. Schukoff  cantaba  desde un atril ubicado en un extremo del escenario, mientras que un coreógrafo, en el escenario, era la representación física de Alfredo. Más en concreto: el personaje de Alfredo lo representaban dos: uno que cantaba en un lado del escenario y otro sin voz, haciendo pantomima. 
Aquí terminó mi asistencia a este espectáculo. Debía salir por dignidad, por respeto con el mundo del arte, por respeto con la ciudad donde vivo. Valencia no se merece algo asi!  Antes de salir, miré hacia  atrás donde había muchas personas sonriendo. No sabía si era una sonrisa de sorpresa, de impotencia, de estupidez o de máxima tolerancia.  Pensé que no les permitirían que les presentasen un semejante espectáculo, esta ridícula parodia, que no se dejarían engañar ni estafar por el atrevimiento y los intereses personales de algunos. Pero no fue así. Me quedé un rato más, fuera del Palau, sentada en la escalera donde estaban esperando los coches con conductor de aquellas importantísimas  personalidades que siguieron en la  “La Traviata”. Me preguntaba si lo sucedido allá adentro es la rendición colectiva  e incondicional frente  a los gustos impuestos  por el oportunismo comercial o además, indica que la aceptación de la mediocridad, generada por intereses individuales, se impone como una obligación más, en la sociedad actual.
Salieron algunas personas más, pocas, con el silencio de la desilusión, pero la mayoría se quedaron. Porque?  Probablemente,  algunos se quedaron por curiosidad, otros por comodidad o por los euros que habían pagado… no lo sé, pero no quiero aceptar la idea de que  todos ellos consideran que esto es un espectáculo de ópera o que así es la ópera en Valencia.
Según la prensa de hoy,  en el estreno de la temporada de anoche,  la intendente del Palau de les Arts, Helga Schmidt, y el equipo de producción contaban con un tenor valenciano que conocía el papel y estaba presente, pero se optó por reemplazar al tenor indispuesto con“ el tenor austriaco Nikolai Schukoff, a quien el director de orquesta Zubin Mehta sí conoce por estar ensayando para la representación de  La valquiria”
Además,  se menciona que entre el público se encontraba el presidente de la Generalitat y muchos otras personas importantes del mundo de la política y de la cultura valenciana.
Parece que no es el primer incidente en  la corta historia del Palacio de las Artes Reina Sofía... 
Además, parece que lo de anoche no tiene gran importancia... 
Como diría Blasco Ibañez

Arroz y tartana, casaca a la moda y que ruede la bola a la valenciana.

Opiniones algo distintas en la prensa de hoy: Las Provincias, El Pais, LasProvincias.es, 20min.es  

Aparecieron algunas fotos de  La Traviata con Alfre2 que se presentó el 19 de octubre 2013 en el Palau de les Arts de Valencia. Adiciono esta imagen para ilustrar el comentario de este post