domingo, 20 de octubre de 2013

Pantomima en la Opera - Traviata en Valencia



Anoche, se estrenó la octava temporada del Palau de les Arts en  Valencia. 
Se intentó presentar “La Traviata”  de Verdi, según la producción del director alemán Willy Decker ,pero resultó una increíble parodia. Muchos aplaudieron y las publicaciones periodísticas de hoy, maquillaron bastante bien el ridículo incidente.

Hace varios años, la producción de Willy Decker, presentada en los más importantes teatros de ópera del mundo,  fue considerada como una interpretación sorprendentemente diferente de la ópera. Unos la consideraron como  algo novedoso, intemporal y sensacional, mientras que otros la calificaron como indignante eurobasura.

Cuentan que en el otoño de 1852, cuando Verdi decidió que su siguiente ópera “La Traviata”,  inspirada en “La dama de las camelias” de Alexandre Dumas,  sería una historia de amor entre una prostituta de alto nivel y un joven caballero burgués, escribió a un amigo que la obra era "un soggetto dell'epoca" - "un tema del momento", "un tema de nuestro tiempo".
Desde entonces, parece que la Traviata fue representada según la época cuando fue creada. En nuestra época, hemos conocido los dos extremos: la producción de Franco Zeffirelli que  en el Metropolitan , en 1989, recibió muchas críticas, por su “excesiva ornamentación  que dificultaba localizar a los personajes, y seguir su drama”  y más reciente, la producción minimalista de Willy Decker, que se presentó en el Festival de Salzburgo en 2005. Esta última, conocida por el popular DVD protagonizada por Anna Netrebko y Rolando Villazón,  hace parte de los tantos intentos de nuestro tiempos por alcanzar la originalidad y con ella, el éxito.

El tenor Ivan Magrí y la Soprano Nuccio, en un ensayo (foto Las Provincias)

Lo que sucedió anoche en el Palau de les Arts  de  Valencia es difícil de describir y de entender… No tengo fotos ni grabaciones y parece que si existen imágenes, nadie las publica.Pronto algunos de los entendidos de la ópera, allá presentes, lo harán y seguramente elogiando la improvisación y justificando el incidente...

Desde el inicio, por megafonía se anunció que el tenor  siciliano Ivan Magri,  tenía “una inflamación  de las cervicales” (no de las "verticales", como aparece en algunos periódicos...)  pero actuaría en el papel de Alfredo. Algo difícil de comprender, teniendo en cuenta que en Valencia existen médicos y buenos anti-inflamatorios… pero captamos rápidamente la idea de que el tenor actuaria con cierta rigidez del cuello. 

Comenzó el primer acto. Nada sorprendente… la presentación minimalista, casi surrealista de Decker. No era ninguna novedad  para los que pretendemos que nos gusta la ópera y estamos dispuestos a todo tipo de concesiones. Algunos podemos considerar que esta presentación es de mal gusto o vulgar, ofensiva y cruel con la mujer en general, lejos de cualquier realidad, etc., pero si somos algo más tolerantes (para hacer coro común con las masas…) aceptamos que es una presentación moderna, con mucho simbolismo...y muy, muy barata, acorde a nuestra actual crisis económica y de valores.  A cambio,  imaginamos que tenemos el derecho de  ver y escuchar ópera bien interpretada. Hoy, cuando está tan de moda aceptar y tolerar los múltiples intentos para alcanzar la originalidad, ni la opera se ha salvado. Además, desde hace mucho tiempo, ir a la opera tiene que ver más con la posición económica, política o social, de como con el nivel de cultura o con cierta sensibilidad.

 Muchos de los que llegamos ayer al Palau,  seguramente lo hicimos simplemente  para disfrutar  de la música y la representación de una popular ópera de Verdi.
Cuando se trata de un espectáculo con intérpretes al inicio de sus carreras, se dispone de mucha tolerancia por parte del público y se tiene la esperanza de encontrar alguna sorprendente estrella que inicia su ascensión. También, puede presentarse  algún incidente imprevisto, pero nunca se está preparado para lo que ocurrió anoche.
En este primer acto, sorprendía la acústica distorsionada. Difícil de saber si era por la magnitud de la sala que podía resultar inapropiada para este tipo de audiciones o por los aparatos que amplificaban y transmitían el sonido o por la mala calidad de las voces de los interpretes  o… la suma de todos esto factores.  La soprano parecía no dar la talla del personaje que se supone que interpretaba. Físicamente, no lograba  transmitir  lo que interpretaba, pero lo intentaba…  Su voz, en este tipo de escenario, tampoco le ayudaba; su  tono se bajaba mucho al cantar de espaldas al público. Hacia lo que podía… era la protagonista y creo que todos estábamos dispuestos a aceptarla. No vivimos en un mundo de exigencias y tampoco Valencia es el escenario de la mejor opera. Nos contentamos con poco…
Al aparecer el tenor, otra sorpresa: un joven con voz apagada y sin muchas ganas de cantar. Pero como el espectador sigue con su estúpido optimismo, piensa que una vez en el escenario, frente a nuestras caras ávidas de disfrutar del espectáculo, el principiante tenor toma impulso, se mete en su personaje y nos convence  que es Alfredo. No ocurrió este fenómeno y su personaje pasó casi sin importancia de este acto.

Terminó el primer acto sin muchos aplausos pero no termino con el entusiasmo y las esperanzas del público. Después de un largo descanso,  donde algunos aprovecharon para tomarse fotos con aquel escenario casi vacío, el público volvió para el segundo acto.
Apareció  Zubin Mehta, quien desde 2005 es el director titular del Palacio de las Artes Reina Sofía en la Ciudad de las Artes y de las Ciencias de Valencia, el orgullo de Valencia… Aplausos y ovaciones, como debe ser  para un veterano de la opera como él. Probablemente, muchos de los que asistimos a esta presentación inconscientemente pensamos que tan famoso director, no puede participar sino en un buen espectáculo.
Empezó el segundo acto con la escena bien conocida de la presentación minimalista de Decker, que supuestamente simboliza  el ambiente de una villa de las afueras de París, donde la pareja vive su amor, en armonía con la naturaleza. Telas estampadas con motivos florales y nuestra imaginación… lo suficiente. Vivimos en el siglo XXI y gran parte de nuestras vivencias  tienen que ver más con la imaginación de como con la realidad. 
Los protagonistas, con ropa ligera, lo normal en nuestros días, intentan ser simpáticos y graciosos, jugueteando y cantando. La soprano parece bastante animada, nos hacen reír e incluso, en  algún momento, acompaña al tenor  con gesticulaciones y una divertida mímica. Seguramente, no imaginaba que más tarde,  un nuevo  Alfredo haría el papel de mimo, pero en serio. Ni sus voces, ni la acústica general mejoraron pero los del público ya habíamos asumido la realidad. Aparece, Giorgio Germont; probablemente es el barítono Simone Piazzola . Hace una buena interpretación lo que genera una nueva esperanza para el publico,la de que el espectáculo pueda mejorar pero al volver Alfredo, todo cambia. La actuación impersonal del tenor, su nerviosismo y su falta de concentración indicaba que algo anormal estaba pasando. Afortunadamente, la representación se interrumpió y nos quedamos desconcertados, a la espera. Esperamos unos 20 minutos, el público parecía alterado, se emitió algún silbido, el famoso director musical, Zubin Mehta había desaparecido.... Finalmente, por megafonía se informó que el tenor no podía continuar. En un primer momento se piensa que existe otro tenor, el cover, quien  va a seguir en el papel de Alfredo o si no lo hay,  se suspende la función.  No fue así. A alguien se le ocurrió una idea increíble….
El tenor austriaco Nikolai Schukoff sustituiria a Ivan Magrì en el papel de Alfredo, pero sin actuar. Difícil de entender…  pero el espectáculo siguió. Schukoff  cantaba  desde un atril ubicado en un extremo del escenario, mientras que un coreógrafo, en el escenario, era la representación física de Alfredo. Más en concreto: el personaje de Alfredo lo representaban dos: uno que cantaba en un lado del escenario y otro sin voz, haciendo pantomima. 
Aquí terminó mi asistencia a este espectáculo. Debía salir por dignidad, por respeto con el mundo del arte, por respeto con la ciudad donde vivo. Valencia no se merece algo asi!  Antes de salir, miré hacia  atrás donde había muchas personas sonriendo. No sabía si era una sonrisa de sorpresa, de impotencia, de estupidez o de máxima tolerancia.  Pensé que no les permitirían que les presentasen un semejante espectáculo, esta ridícula parodia, que no se dejarían engañar ni estafar por el atrevimiento y los intereses personales de algunos. Pero no fue así. Me quedé un rato más, fuera del Palau, sentada en la escalera donde estaban esperando los coches con conductor de aquellas importantísimas  personalidades que siguieron en la  “La Traviata”. Me preguntaba si lo sucedido allá adentro es la rendición colectiva  e incondicional frente  a los gustos impuestos  por el oportunismo comercial o además, indica que la aceptación de la mediocridad, generada por intereses individuales, se impone como una obligación más, en la sociedad actual.
Salieron algunas personas más, pocas, con el silencio de la desilusión, pero la mayoría se quedaron. Porque?  Probablemente,  algunos se quedaron por curiosidad, otros por comodidad o por los euros que habían pagado… no lo sé, pero no quiero aceptar la idea de que  todos ellos consideran que esto es un espectáculo de ópera o que así es la ópera en Valencia.
Según la prensa de hoy,  en el estreno de la temporada de anoche,  la intendente del Palau de les Arts, Helga Schmidt, y el equipo de producción contaban con un tenor valenciano que conocía el papel y estaba presente, pero se optó por reemplazar al tenor indispuesto con“ el tenor austriaco Nikolai Schukoff, a quien el director de orquesta Zubin Mehta sí conoce por estar ensayando para la representación de  La valquiria”
Además,  se menciona que entre el público se encontraba el presidente de la Generalitat y muchos otras personas importantes del mundo de la política y de la cultura valenciana.
Parece que no es el primer incidente en  la corta historia del Palacio de las Artes Reina Sofía... 
Además, parece que lo de anoche no tiene gran importancia... 
Como diría Blasco Ibañez

Arroz y tartana, casaca a la moda y que ruede la bola a la valenciana.

Opiniones algo distintas en la prensa de hoy: Las Provincias, El Pais, LasProvincias.es, 20min.es  

Aparecieron algunas fotos de  La Traviata con Alfre2 que se presentó el 19 de octubre 2013 en el Palau de les Arts de Valencia. Adiciono esta imagen para ilustrar el comentario de este post


domingo, 29 de septiembre de 2013

Adiós, amigo mio....


Ayer, en la noche, Max – mi adorable compañero y amigo,  se acostó debajo de mi escritorio, junto a mi silla. Se quedó  tranquilo, parecía dormido pero en un cierto momento, sin avisar, dejo de respirar, su corazón se paró y no volvió a despertarse. 
Se había ido de nuestro mundo, de nuestras vidas…
Hoy, la casa está triste y vacía… Toda la ciudad está en silencio… El Mundo entero  y todo el Universo comienza el primer día sin Max…

Se Dice que: 
Hay un puente que queda entre el Paraíso y la Tierra, y se llama Puente del Arco Iris.
Cuando un animal que ha sido especialmente amado por alguien aquí en la Tierra muere, entonces va al Puente del Arco Iris.
Allí hay valles y colinas para todos nuestros amigos especiales, para que ellos puedan correr y jugar juntos.
Hay mucha comida, agua y sol, y nuestros amigos se encuentran cómodos y al abrigo.
Todos los animales que han estado enfermos o que eran ancianos, recuperan su salud y vigor; aquellos que fueron heridos o mutilados recuperan lo perdido y son fuertes nuevamente, tal como los recordamos en nuestros sueños de días y tiempos pasados.
Los animales están felices y contentos, excepto por una pequeña cosa: cada uno de ellos extraña a alguien muy especial, alguien a quien tuvo que dejar atrás.
Todos corren y juegan juntos, pero llega un día en que uno de ellos se detiene de repente y mira a la lejanía. Sus brillantes ojos se ponen atentos; su impaciente cuerpo se estremece y vibra. De repente se aleja corriendo del grupo, volando sobre la verde hierba, moviendo sus patas cada vez más y más rápido.
Tú has sido avistado, y cuando tú y tu amigo especial finalmente se encuentran, los dos se abrazan en un maravilloso reencuentro, para nunca separarse de nuevo. Una lluvia de besos cae sobre tu rostro; tus manos acarician nuevamente la cabeza amada, y puedes mirar nuevamente a los confiados ojos de tu mascota, tanto tiempo apartada de tu vida, pero nunca ausente de tu corazón.


Entonces los dos cruzan el Puente del Arco Iris juntos...

NOTA DE AGRADECIMIENTO:
Nuestros agradecimientos al grupo profesional de S.E.N.A. por el servicio tan eficiente, por el respeto con nuestra mascota y el apoyo emocional que nos ofreció en estos momentos, tan dificiles 

martes, 30 de julio de 2013

Actualidad parisiense - LA EXPOSICIÓN INTERNACIONAL DE ARTE DECORATIVO


A veces, los que tenemos el atrevimiento de publicar en un blog, tenemos la tendencia de copiar lo que nos parece más verosímil entre tanta información publicada en la red, confiando en los que la publicaron, en su conciencia, y pensamos que debe ser la verdad. Cuando encontramos la información original, publicada en la época que sucedió el evento y observamos que no corresponde con los datos que tenemos acumulados entre nuestros conocimientos o con los que encontrados en la red,  aparece la confusión y quedamos sorprendidos y desconcertados.
Los de la generación del ANTES  de Internet fuimos adquiriendo nuestra cultura general, nos formamos  y enriquecimos nuestros conocimientos a través de libros, escuelas, cursos, y también con el cine y la televisión.  Hoy, los que tenemos la fortuna de acceder a las nuevas tecnologías, estamos interconectados y de forma rápida  podemos compartir mucha información, incluyendo aquella información que durante mucho tiempo, por intereses políticos, económicos o de otro tipo, fue omitida, olvidada o escondida. También, podemos entrar en contacto con publicaciones donde se relatan los eventos del pasado, en el momento que ocurrieron y probablemente, en la mayoría de los casos, no sufrían la manipulación mediática que tenemos hoy. Actualmente, se escribe y se publica muchísimo, se hacen numerosas  películas de gasto elevado, muy publicitadas, premiadas y elogiadas, sobre épocas pasadas, que supuestamente nos presentan la realidad de  aquellos tiempos que no conocimos. Desafortunadamente,  en muchos casos, nos “venden” un mundo falso que nunca existió, como un simple divertimento en torno a intereses económicos y también, políticos. Nada nuevo… Seguimos creyendo todo lo que nos cuentan… .  Es lo más fácil y menos conflictivo pero podemos quedarnos con una falsa idea del pasado, de la historia 
Se dice que: 
"No todo lo que se nos presenta como la historia realmente ha sucedido, y lo que realmente sucedió en realidad no sucedió de la manera que se nos presenta, más aún, lo que realmente pasó es sólo una pequeña parte de todo lo que pasó." (Goethe)

Si somos capaces de aplicar la conocida frase del escritor George Orwell, que dice que  
“La historia la escriben los vencedores",
podemos ir aclarando muchas dudas y concretar ciertas verdad.


En este post se reproduce un interesante artículo publicado en 1925 sobre LA EXPOSICIÓN INTERNACIONAL DE ARTE DECORATIVOS E INDUSTRIALES MODERNOS celebrada en París, el evento que tanto influyó en lo que hoy llamamos el Art Deco.

Folleto Exposición, Paris, 1925

Folleto Exposición de Paris 1925

Se sabe que el término Art Déco viene desde 1966,  cuando se acuñó en la retrospectiva titulada "Les Annés 25", llevada a cabo en París en el Museo de Artes Decorativas, desde 3 de marzo al 16 de mayo.
Hoy, según Wikipedia, se considera  que  “El art déco fue un movimiento de diseño popular a partir de 1920 hasta 1939, cuya influencia se extiende hasta la década de 1950 en algunos países” y se afirma que “Después de la Exposición Universal de 1900 de París, varios artistas franceses (Hector Guimard, Eugène Grasset, Raoul Lachenal, Paul Follot, Maurice Dufrene y Emile Decour) formaron un colectivo formal dedicado a las artes decorativas de vanguardia. En 1925 organizaron Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas en París, y se llamaron a sí mismos los modernos.”
Tambien, encontramos en el libro Art Déco de Fancy Susan Sternau que  "Desarrollado en París y más tarde fomentado en Hollywood como el estilo de las estrellas, el Art Deco hizo la transición, en unos pocos años, de un primario estilo francés a un universalmente entendido símbolo del glamour. Art Deco, es un conveniente término usado para describir arte decorativo en el período entre las dos guerras mundiales, y refiere a un estilo que es clásico, simétrico y rectilíneo. Como movimiento se desarrolló durante los años 1908 a 1912 y alcanzó un alto punto de 1925 a 1935”.


El artículo reproducido en este post, nos da una visión bastante distinta sobre el inicio y la evolución del Art Deco y genera muchas dudas. 
Es la visión de los que vivieron en aquella época y opinaron cuando sucedió el evento.
Era la época de los años ´20, en París...

Kees Van Dongen, Paris,1925

Paris, años 20, foto Andre Kertesz

Café du Dôme, 1925, Paris, Foto André Kertész

 1925, Calle de París


1925, Exposición de Artes Decorativos de París


Actualidad parisiense

LA EXPOSICIÓN INTERNACIONAL DE ARTE DECORATIVO 

(Revista  Blanco y Negro, numero 1776, año 25, Madrid, 31 de mayo de 1925)

Una calle de la Exposición de Artes Decorativos en la Explanada de los Inválidos

Se insiste en una división inexistente: Arte decorativo y Arte… ¿Cuál será el otro? Porque todo Arte. O, mejor dicho, todo el Arte es o ha de ser decorativo, o no es Arte. Si el Arte es interpretación bella, toda manifestación artística ha de tener esa calidad decorativa. Pero lo que se quiere decir con “Arte decorativo” es arte aplicado a la decoración u ornamentación de la vivienda del hombre, ciudad, calle, jardín o casa. Las estofas, las joyas, mayólicas, porcelanas, vidrieras, son arte decorativo en cuanto complementan la ornamentación de las viviendas, adornando a las habitaciones. Pero también un cuadro, una estatua, que quieren separar o clasificar aparte, como arte puro, no tienen ni pueden tener otro destino. Para dividir el Arte, tendríamos que decir que cuando el Arte recurre a la interpretación plástica, cualquiera que sea la materia, piedra o sedería, hierro o marfil, mármol o laca, pintura o madera, es decorativo. El otro lo formarían la música y la literatura, porque actúan subjetivamente.
Hay todavía un aquilatamiento del sentido de esa clasificación; se quiere recoger en ella la parte de industrialización que tiene porque en la ejecución intervienen otras manos que las del artistas, y porque se presta a reproducirse de una manera más o menos mecánica. Habitación, mobiliario, ornamentación interior, cerámica, porcelana, estofas, son, entre otras, las manifestaciones de ese Arte decorativo cuya Exposición internacional se ha abierto en París. De ella hemos de hablar en esta reseña.
Las instalaciones se hicieron en uno de los más bellos lugares de la capital francesa. De los Campos Elíseos, incomparable avenida que no tiene par en el mundo, parte la Avenida de Nicolás II, formada por el Grand Palais y el Petit Palais, ambos edificios destinados a concursos del ingenio humano. Sigue el pomposo puente de Alejandro III sobre esa gracia de rió que se llama en Sena para comunicar con la Explanada de los Inválidos, que cierra el majestuoso palacio donde duerme el Aguila cuyas alas se cernieron sobre todo el Continente. Trazado sobrio, línea de suprema elegancia, armonía riente y equilibrada, todo fue reunido en este lugar. La elección fue un acierto.

Llegada del elemento oficial a la Explanada de los Inválidos para inaugurar la Exposición

Vista parcial de la Exposición

Europa, desde la Revolución francesa, se nutría en Arte decorativo del pasado. Tenía tres grandes fuentes: la época greco-romana, la gótica y el Renacimiento. La primera servía  a la construcción de edificios laicos; la segunda, a las edificaciones religiosas, y la tercera, a las construcciones que podríamos llamar paganas. Los templos griegos fueron modelo de muchos Parlamentos; el estilo gótico, más o menos bizantinizado, se elegía para los templos cristianos; el Renacimiento, para las casas y mobiliario. Esto, de una manera general, fue regla. Pero el renacentismo, al ser interpretado por los otros pueblos, sufrió modificaciones o dio origen a otras manifestaciones; verbigracia, el plateresco en España, el recocó en Alemania, el de los tres Luises en Francia. Los artistas italianos llevaron por todas partes la buena nueva; pero en cada lugar hubieron de someterse al medio, a influencias de otras tradiciones, al gusto de la clientela que imponía atemperaciones o pedía exageración. Y también, la propia capacidad de esos artistas emigrantes influyó en las modificaciones, independizados, libres de la disciplina de sus maestros, influidos por el trasplante, se desviaron unas veces con daño y otras con ventaja. Y luego, poco a poco, a medida que se aclimataba la la importación, iba adquiriendo características indígenas, desnaturalizándose para naturalizarse hasta formar tendencias distintas y aun opuestas, Así, en Europa, el renacimiento infiltrado de arabismo dio el plateresco y el churrigueresco. En Francia se afeminó, se hizo coqueto en los Luis XIV,  Luis XV y Luis XVI. En Alemania, salvo aisladas veleidades de algunos monarcas más o menos tocados de una especie de snobismo, el renacentismo hizo tímidas apariciones, y el gótico más sobrio con el romano más fielmente interpretado inspiran a sus arquitectos y decoradores. Y así pasó un siglo. 

Algunos de los edificios construidos en la Explanada de los Inválidos

Pontón de la Exposición

En los albores del XX se advierte un anhelo de renovación, un afán por crear un arte arquitectural y decorativo en su acepción más amplia, un arte que responda a la vida de maquinismo, de intensidad, de movimiento. Si el hombre mismo de ha transformado, es lógico que sus casas y sus muebles y sus enseres de adaptasen a él. Ese afán se inicia en Alemania, y desde entonces es vanguardia de todo el movimiento. En Francia y en otros pueblos continentales hay una resistencia a la innovación, y siguen nutriéndose del pasado inmediato cuando la arquitectura y la escultura monumental alemanas producen Wertheim en Berlín, y ante el monumento a la batalla de los pueblos en Leipzig, los franceses, sobre todo, les acusan de pesadez, de cargazón, de torpeza.
- ¡Oh esos teutones! – dicen-, ¡Nunca comprenderán la gracia y el equilibrio latinos!
Porque ha pasado mucho tiempo antes de que se descubriese la falacia del monopolio artístico de la latinidad. El Arte, según los beocios del tópico, no podía tener mejor cuna que la cuenca del Mediterráneo.
Pero ¿Dónde buscaban lor arquitectos y decoradores alemanes la nueva inspiración? Miraban hacia Persia, hacia Egipto, donde querían encontrar serenidad y estatismo para defenderse contra el afeminamiento y la teatraleria que la interpretación francesa del Renacimiento había extendido por todo el continente. A la estatua retrato en actitud dramática sin dramatismo, quisieron reemplazarla con la representación serena del espíritu. Los alemanes criticados, objetos de burla, buscaban las nuevas formas de expresión plástica. La crítica indocumentada y el juicio ligero partían de Francia y encontraban eco en otras partes, no siendo menor en España, donde solemos enterarnos de todo cuando pasa por el tamiz francés.
Tarde se entera Francia de lo que hacen otros hombres; pero al fin se entera. La Exposición de Arte Decorativo de Paris es una prueba. Edificios, mobiliario, decoración interior, objetos de ornamentación que en 1910 hemos visto en Die Kunst, de Múnich, los vemos como novedad en las instalaciones de la Exposición Internacional de Paris. ¿Es, acaso, por eso por lo que el Comité organizador decidió que Alemania no podía ser admitida en el concurso? Ello es que, tanto los pabellones como la parte monumental construida en la Exposición de los Inválidos y en la orilla del Sena hasta la plaza de la Concordia, parecen trasplantadas de las orillas del Spree o del Maine. Cierto que de esas instalaciones, muchas son de países como los escandinavos, que antes ya seguían el movimiento iniciado por Alemania.
El único país que todavía parece ignorarlo es España. El pabellón español es una interpretación morisca. Quiere ser estilización, y no lo logra. Su autor ha hecho aplicaciones caprichiosas de detalles, sin que presida un pensamiento ni una razón. Y, sobre todo, fuera del movimiento general y, a pesar de esto, sin originalidad ni, de otra parte, devoción a la fuente en que se inspira.
Como impresión última de la Exposición Internacional de Arte decorativo inaugurada en Paris, podríamos decir: Una vez más los pueblos vencidos en los campos de batalla infiltran su civilización en los vencedores.


La fuente luminosa

Vista del Puente Alejandro III por la noche

(Fotos: CHUSSEAU-FLAVIENS Y ROL)

NOTA:
Tengo la intención de completar este post, a medida que encuentre documentación e imágenes confiables, de la época, en relación con el contenido del articulo reproducido.

miércoles, 26 de junio de 2013

BENITO, su vida y su arte





Son ilustraciones de las famosas revistas Vogue, Vanity Fair y Gazette du Bon Ton,todas, obras de un importante artista español del siglo XX: Eduardo García Benito.


Con esta entrada no pretendo comentar sobre la obra y la vida de Benito. Simplemente, me resumo reproducir un artículo publicado por José López Rubio en la Revista Blanco y Negro, numero 2015, del año 1929.

Un artista español en Madrid
Benito, su vida y su arte
Eduardo García Benito ha recalado en Madrid, después de veinte años. De estos veinte años, apenas diez le han bastado para lograr una consagración completa. Desde París, su fama se ha extendido por el mundo, su nombre se ha grabado al pie de las estampas más elegantes, primero horizontal, extendido, y luego formando una torre, silaba sobre silaba, hasta lograr el ahilamiento, la distinción, la delgadez que el artista ha impuesto a la mujer de su tiempo.
Hoy, Benito es nuestro, de nuestras calles, de nuestros cafés, del otoño gris azul de Madrid. Su coche se enreda en direcciones de circulación, que todavía no conoce bien. Sus portadas de Vogue, de Fémina, de Vanity Fair, que llegan desde París, desde Londres, desde Nueva York, le saludos en los quioscos, dándole el termómetro de su universalidad, de esa universalidad que él no podrá nunca llegar a percibir por completo, que se difunde hasta los rincones más apartados, donde una nueva sensibilidad cristaliza y un nuevo sentido de belleza logra, por fin, tomar estado.
Benito, moreno, casi verde, con toda su viveza despierta en los ojos, peinado a la manera que siempre imaginamos peinado a Picasso, busca unos meses de reposo en Madrid y habla un  español mezclado en la conversación con el francés, que le ha calado hasta los huesos, y el inglés de América aprendido rápidamente, incorporado por lo indispensable en sus relaciones con el nuevo mundo de arriba.
Hace justamente veinte años que Eduardo García Benito vino a Madrid por primera vez, desde su Valladolid natal. A los doce años de edad ya es alumno de  Dibujo, y llega poco después a la Escuela de Bellas Artes de San Femando. Trabaja al mismo tiempo, fuera del rigor  cotidiano de sus clases de estatua, de figura  y de ropaje. Ilustra las truculentas escenas de Los Sucesos. Por entonces  -aquí la anécdota- un  alcalde de la corte contesta a la petición formulada por cierto diario de que se construyan en Madrid piscinas de natación con el ex abrupto de “qué se bañen en la Cibeles”.  Benito y un amigo suyo acuden, en correcto traje de baño, a sumergirse en el pilón siguiendo al pie de la letra las indicaciones del edil, y son multados con cincuenta pesetas cada uno. Ya ha recibido entonces, un buen bautizo de españolismo: el del agua más fría y dura de Madrid, agua que es tan de piedra como la misma diosa y los leones que arrastran su carro. Por eso, aunque Benito se marche lejos, hay que esperar este regreso de ahora, en que para descanso, elige el invierno apretado y el cielo alto de Madrid.
La primera salida a París, en 1911, pensionado por el Ayuntamiento de Valladolid. Benito es un pintor, el pintor que ha seguido siendo, además, y ha crecido con él, mientras que su dibujo consigue más y más la perfecta sutilidad. El primer envío de su pensionado es un cuadro que representa unas campesinas castellanas. En España, entonces, y todavía, las campesinas castellanas eran un tema pictórico indispensable.
La pensión que ha llevado a París a este chico vallisoletano es cada vez menos necesaria. Benito se mueve pronto en París con la libertad y la amplitud del que ha encontrado su medio y, en su medio, la orientación clara que  los años  ya no tienen más que ir concretando y añadiendo perfil.

1916, Dibujo - Eduardo García Benito

1920, Dibujo - Eduardo García Benito

1923,La señora de Benito

La guerra ofrece a Benito una oportunidad que nadie sino él, con sus ojos agudos, ve en el momento. Se le ocurre resucitar con unos grabados en madera la tradición de las images d´Epinal, que han seguido en Francia, desde Napoleón, a toda actualidad histórica. Benito hace diez o doce estampas de este título popular en el mismo 1914. Entre ellas Colignon, La tour d´Auvergne, Le Roi des Belges, que pronto llenan todos los rincones de Francia y comentan en colores las primeras emociones de la gran guerra.

1918, Dibujo - Eduardo García Benito

1918,Una lamina del libro "Reims", Dibujos - Eduardo García Benito

Al mismo tiempo hace una serie de aguafuertes para Sagot. Su avidez, su inquietud le hacen aprovechas todos los procedimientos que puede ofrecer a su arte, cada día más entero; los medios que su espíritu puede precisar en busca de la expresión definitiva. Trabaja, estudia, profundiza, extrae. Más que saber, quiere no ignorar. No quiere que le falte un día el conocimiento, la técnica que ha de servir a su inteligencia, a su clara percepción de buscador de nuevo arte.
Es en este momento cuando se cumple un signo que estaba escrito en la vida del pintor y que, sin romper las amarras con su arte fundamental, le encauza hacia donde menos podía esperar, le trae su mejor suerte y le arranca lo más sutil de sí mismo. Este sign, si queremos materializarlo, darle un nombre, una barbita y un chaqué, se llama Paúl Poiret.
Paúl Poiret  no es sólo nada menos que Paúl Poiret. Es, además el más fino catador de artistas de Paris, posee la más interesante colección de pintura moderna, se arruina cuantas veces sea necesario por convertir en arte más puro los millones que gana con el arte aplicado de sus creaciones. Paúl Poiret ha descubierto a Benito entre miles de artistas y, para conducirlo hacia lo que quiere conseguir de él y ha de convertirle en uno de los más famosos dibujantes contemporáneos, le encarga unos panneaux decorativos y, por fin, unos figurines de modas. Él modisto ha dado en el blanco, ha arañado  en  el fondo de la exquisita sensibilidad de Benito, que,  aunque siga pintando, es ya en 1915 el hombre de Fémina y de Vogue.



















Benito trae  en las manos un arte nuevo. Ha vivido la misma bohemia con Juan Gris, con Picasso, con Gargallo, con Modigliani. Conoce bien las fórmulas y las audaces teorías que han de aparecer , definidas y fecundas en las primeras Exposiciones cubistas con la adhesión entusiasta y los manifiestos de Apollinaire, de Cocteau y de Max Jacob.
Benito es el primer artista que utiliza las nuevas maneras de la pintura para llevarlas al dibujo, al dibujo de las revistas, que larguidece bajo el arte súbitamente envejecido de Barbier, de Fabiano.
Ya está Benito dentro del arte más justo que él mismo produce. Sin embargo, envía cuadros a la Exposición de 1917. Uno de estos cuadros es adquirido por el Estado francés para el Museo de Luxemburgo. El mismo año, unos grabados suyos van al Museo de la Guerra, recién abierto.
En la Gazzette du Bon Ton, la más interesante publicación del momento, es Benito el definidor de la nueva elegancia. A su lado nacen y crecen Lepape, Martin, Mourgue...
Acude a los Salones de Otoño de 1919 y 1920, volviendo a ser, en estas ocasiones, el otro, el pintor, su vida paralela. En el Salón de Otoño de 1919 es adonde lleva sus panneaux decorativos y sus dibujos en blanco y oro. Es elegido societario del Salón de Otoño, la mejor distinción extraoficial en esa Francia que, con tan buen tino, sabe hacer oficial, no al arte que se cae de viejo, sino al arte que trae justa prisa por consagrarse, la verdad que necesita ser escuchada pronto.
Al Salón Nacional de 1919 lleva su famoso retrato de M. y Mme. Paúl Poiret. Es con esa facilidad de triunfo que ganan sus obras inmediatamente, elegido societario de la Nacional. Ya lo es todo y, sobre todo, es él. Su forma es perfecta. Su dominio de la técnica ciñe y anima todo cuanto toca. Marca el justo sentido de la elegancia, impone unas nuevas líneas. Hace su hora, apura los resortes más limpios de su arte, crea para su tiempo un tipo nuevo de mujer, un nuevo tipo de elegancia. Entrega  a la mujer de post-guerra su verdadero estilo, la descubre y la acusa. Sus fórmulas sirven para todo un largo momento del siglo.
En este pleno éxito, en esta parada de la perfección de su arte, Condé Nast y Crowninshield le llaman a América y le roban a la vieja Europa que él, Benito, ha hecho nueva.
Expone sus obras, al desembarcar, con el más completo éxito, en un salón de la Quinta  Avenida. Obtiene en 1923, el mismo año de su llegada, la medalla de los ilustradores. Decora la casa de Gloria Swanson, recién marquesa de la Falaise. No es el triunfo rápido ahora. Es la rápida confirmación de su éxito, que París ha irradiado en todo el mundo. Sus triunfos vienen de antes y Nueva York no hace más que aprisionarlos por unos años.
Su arte, no es, porque no puede serlo, más perfecto. Como dice H.K. Frenzel, “combina su vitalidad con una gran fuerza de sugestión”. Une a su maravillosa inteligencia un absoluto dominio de la forma, de todas las técnicas.
En Nueva York trabaja, trabaja, trabaja. Retratos, decoraciones, portadas, ilustraciones, anuncios, carteles, figurines. Todo ha de llevar su firma, porque su firma es la firma del día. Trabaja hasta no querer trabajar más, hasta sentir la necesidad urgente de huir de América incansable. E s rico, no tiene ya más fama que ganar, está cansado y eso nos lo devuelve, lo que lo trae a Madrid, por unos meses, a nuestras calles y a nuestra vida, al sano contraste de un tratamiento de inactividad.

Esta es la historia de este español del mundo que es hoy huésped de Madrid. Esta es también, hasta hoy, la línea de su arte, lleno aún de ideas inéditas, de creaciones futuras. Pocos artistas como él tienen un  fondo tan rico de reservas de todos los colores.  Clava en todos las flechas de sus miradas finas, tiene despierta su sensibilidad para captar lo más sutil del aire. Su mano, que ha trazado, obediente, las líneas más elegantes, esa mano que estrechamos hoy, tiene aún muchos mares azules que descubrir


Las siguiente imágenes son adicionales para complementar la ilustración del contenido del texto.
Óleo de García Benito sobre el matrimonio de Poiret y Boulet

El Libro "REIMS" ilustrado por Benito:





Algunos links interesantes sobre la vida y la obra de Benito:

domingo, 10 de marzo de 2013

Antiguas FALLAS en Valencia - Parte I


Valencia de hoy, considerada ejemplo de modernidad y capital de grandes eventos, en marzo se convierte en una ciudad entregada a su fiesta, a la música y a la pólvora. Las calles  se inundan  de  sol y color, de  flores y risas alegres, vibrando con la música de las bandas y el estruendo de las mascletàs, para recibir la primavera. 
En el último siglo, cada año,  miles de visitantes han disfrutado y se han divertido en una Valencia de antiguas tradiciones, con gente hospitalaria y alegre  y con los impresionante monumentos  falleros.



Valencia  y  sus FALLAS… Que son las fallas
Actualmente, las fallas se definen como peculiares monumentos satíricos, realizados con materiales  combustibles (cartón, madera, etc.), que se montan en las plazas y en los principales cruces de calles, se exponen al público durante varios días y se queman en la noche  del 19 de marzo, festividad de San José.
Por el momento, las investigaciones sobre la fiesta no han podido concretar de qué manera surgió, y ni siquiera una fecha aproximada. Se considera que, como otros rituales presentes a lo largo de la historia, las Fallas son un ritual del fuego,  símbolo de la renovación: destruye las cosas viejas para dejar sitio a las nuevas.
Según la información disponible, la palabra “Falla” proveniente del latin “Fácula” (antorcha) y es una palabra mozárabe  (encontrada ya en la “Crónica” de Jaume I) utilizada para denominar tanto a las antorchas de iluminación, como a las fogatas de las fiestas. También, “fallas”, focs o “alimares" eran los fuegos utilizados como sistema de comunicación por los Sarracenos para defender sus costas de los piratas Berberiscos. Además servían, sobre todo el del Miguelete, como guía de embarcaciones y de la gente del campo que regresaba a sus casas, ya entrada la noche.

Sobre el origen de las Fallas hay diferentes hipótesis:
La versión más popular, según el Marqués de Cruïlles, habla del origen de las Fallas en el gremio de los carpinteros. En la víspera del 19 de marzo, para celebrar  el día de San José, los carpinteros valencianos hacían una hoguera purificadora  con toda la madera que les sobraba, haciendo limpieza de los talleres antes de entrar la primavera.

También, se dice que en el invierno, para alumbrarse en las últimas horas de la jornada, ya sin sol, los carpinteros situaban en el centro del taller el “parot”, un palo vertical con uno o varios brazos, donde colgaban velas y candiles.  En primavera,  para celebrar el patrón del Gremio y el fin de las veladas  invernales, sacaban el parot a la puerta del taller y lo quemaban.  Con el tiempo, a la hoguera, añadieron otros  trastos, y el parot  vestido con ropas viejas, de manera que semejara la fisonomía humana,representando a  una persona a la que se quería  criticar. Más tarde, se le añadieron otros elementos conformando una pequeña escena con personajes, denominados “ninots”, representando historias pícaras que afectaban al barrio o a una calle en concreto. Junto a estos se incorporaron carteles alusivos a situaciones sociales o personajes conocidos, de alto contenido satírico y burlón. 

Origen del “ninot” – hipótesis

Según otra teoría,  se dice que las fallas nacen de la costumbre de lanzar a la hoguera un muñeco que representa un personaje, como Lutero, Judas u otro, llamado del “ninot de mitja Quaresma” (muñeco de media Cuaresma) o “parot” lo que explicaría la existencia en las fallas de figuras y el carácter  satírico de los monumentos.

La historia de las Fallas
No hay constancia documental que indique cómo  y cuando surgieron las Fallas. El documento  más antiguo relacionado con esta fiesta,  data de 1784, cuando la fiesta ya estaba consolidada. Es un oficio de la autoridad municipal que regulaba la ubicación de los monumentos para evitar los incendios.

Inicialmente,  las Fallas se reducían a piras de materiales combustibles que se quemaban al anochecer de la víspera de San José.
A mediados del siglo XVIII, la falla se fue popularizando, empezaron a contribuir a ella el resto del barrio y dejó de colocarse y quemarse junto al taller del artesano carpintero. 
Al amanecer del día 18, en algunas vías urbanas, aparecían peleles colgados en medio de la calle de ventana a ventana, o pequeños tablados colocados junto a la pared, sobre los cuales se exponían uno o dos muñecos (ninots) alusivos a algún suceso, conducta o personaje censurables. Se amontonaba la estructura en las fachadas de los edificios y luego se trasladaba al centro de la calzada o de la plaza, la noche en que las quemaban.
Durante el día, los niños recorrían las casas pidiendo enseres viejos para ser quemados a la vez que entonaban “una estoreta velleta pa la falla de Sant Josep”, es decir “ una alfombra vieja para la falla de Sant Josep” que se convirtió rápidamente en un canto popular. Preparaban pequeñas piras de trastos viejos que también recibían el nombre de fallas. 


Unas y otras eran quemadas al anochecer de la víspera de San José, congregando en torno a la hoguera una amplia participación popular. En este alegre acto  vecinal, los parots disfrazados parodiaban a personajes o sucesos ocurridos en el barrio ,  desde un tono divertido. También, a menudo ridiculizaban a personas públicas y el clero. La algarabía popular que se daba cita junto al fuego celebraba el fin del frío invierno y la llegada de los días de primavera.

Para el siglo XIX, los documentos sobre fallas se hacen más frecuentes.
Se considera que el documento más antiguo donde se describe por primera vez en castellano el contenido de una falla, es el manuscrito firmado por José Calasanz Viñegue, fechado en 1819, en la ciudad de Cáceres, bajo el título "Ocios entretenidos de 1819". Propiedad del bibliófilo y escritor valenciano Rafael Solaz, el documento de  90 páginas, presenta información  sobre las celebraciones festivas de la ciudad de Valencia de principios del siglo XIX .  Basado en la descripción que hizo José de Calasanz Viñeque sobre cómo eran las fallas de 1817, Rafael Solaz realiza y publica el dibujo titulado "Hipotética falla de principios del siglo XIX".

Hipotética Falla de principio del siglo XIX - dibujo original de Rafael Solaz


En aquel entonces, en la  mañana del 18 de marzo,  se plantaban la estructura con armazón de madera, que  simulaba un teatro. Sobre la  tarima de madera, recubierta ornamentalmente con bastidores pintados, con lienzos o con paneles que ocultaban los materiales combustibles, se colocaban varios “ninots”, estructuras de madera vestidas con ropa auténtica y con máscara de cartón, representando una escena. En las paredes próximas o en los bastidores del pedestal, se colgaban carteles  que desarrollaban la glosa rimada del tema escenificado. El nombre de “falla” se fue restringiendo exclusivamente a éstos monumentos con escenas que reproducían hechos sociales censurables y crítica social siempre, con sentido del humor. Plantados en la víspera de San José, se quemaban esta misma noche. 

La primera representación gráfica de las fallas, viñeta publicada en el “Calendario pintoresco, profético, astrológico y lunático del Reino de Valencia”, año 1860. Alude y critica la moda del miriñaque, tan usado en aquella  época.

Además, la fiesta se fue arropando con otras expresiones artísticas como las musicales y sobre todo con la pólvora.
Las  Fallas fueron evolucionando y cargándose de sentido crítico e irónico, mostrándose sobre todo en los monumentos falleros. Dos temas ocuparon preferentemente a los falleros a mediados del siglo XIX: la falla erótica y la crítica social.

En la segunda parte del siglo XIX, el número de fallas aumenta, de una en 1852 a 16 en 1872. Los grupos de vecinos que hacen fallas evolucionan y surgen las primeras comisiones falleras
Durante el siglo XIX las autoridades mantuvieron una actitud vigilante y censora ante las fallas e intentaron erradicar los festejos populares; a principio de siglo fue con la justificación de modernizar y civilizar las costumbres de la ciudad, y en los años setenta estableciendo gravosos impuestos sobre el permiso de plantar fallas o tocar música. Estas medidas generaron movimientos de defensa de las tradiciones populares liderados por artistas y sobre todo escritores.
En 1855 comenzaran a editarse  los “llibrets”, pequeños pliegos, con textos siempre en verso, escritos en valenciano y donde, de forma cómica, crítica o incluso erótica, se explica al visitante el tema de la falla que está contemplando. 


En 1885 una de las revistas de apoyo a las fallas “La Traca”, otorgo los primeros premios a las mejores fallas, lo que estimuló el espíritu competitivo entre los vecinos y dio lugar al nacimiento de la falla artística, donde no desaparecía la crítica, pero predominaba la estética.
También, los diplomas otorgados en los concursos organizados durante las fallas, tenían una bella estética.


1915 Diploma "Cantor de les Falles"


Para el final del siglo XIX, las fallas era la fiesta más popular de Valencia. El número creció y empezaron a plantarse en muchos pueblos. Comenzaron a hacerse más grandes, más acabadas, con nuevos materiales. 


1889 Falla de la calle Maldonado, foto Derrey. De las primeras fotografías que se conservan de una falla


1889 Falla calle Calabazas. Archivo J. Alcañiz. De las  primeras fotografías que se conservan de una falla

1895 Falla plantada en el año 1895. Archivo J. Alcañiz

1898 Falla Plaza de la Pilota

1899 Boceto falla de la Plaza de San Francisco esquina con la calle Cotanda 

En 1901, el propio Ayuntamiento de Valencia, otorgó los primeros premios municipales a las mejores Fallas, en un momento con un clima social muy favorable. La sociedad valenciana contaba con múltiples organizaciones culturales y valencianistas, recreativas y deportivas, políticas y obreras, que potenciaron el desarrollo de las fallas durante la primera década del siglo.  Se produjo una creciente fusión entre la fiesta fallera y la entidad valenciana y se marca  el comienzo de la unión entre el pueblo y el poder político.

1901 Falla Ayuntamiento

Para principios del siglo XX, comienza a desarrollarse una nueva concepción de las fallas. Los monumentos fueron aumentando en altura y la  estructura dual (tablado/escena) es sustituida por un conjunto de varios elementos y niveles, superpuestos: una base, un cuerpo central habitualmente de altos catafalcos o cajones, sobre los que se colocaban los ninots con la cara de cera, vestidos con ropas de tela y un remate  que solía consistir en una gran figura, el motivo alegórico que condensaba el tema expuesto en las escenas inferiores.

El contenido de la falla no se hallaba ya inscrito solamente en una escena realzada por el tablado, sino que estaba latente en todo el conjunto escultórico y debía ser descifrado rodando la falla y recorriéndola con la mirada de arriba abajo. La falla ahora debía ser fastuosa, imponente, sugestiva, visible desde la lejanía. Adoptaron como ideal modélico la monumentalidad, la proporcionalidad y el barroquismo.

1903 Falla en la Bajada de San Francisco, “Las víctimas de la Tabacalera”


1906 Falla en Na Jordana, Titulo:  “Júpiter en uno de sus días”

1907  Falla Paz-Comedias, BVE 

1912  Plaza doctor Collado, La Falla de la Margot (cupletista de moda en esta época )

1912  Falla C. Juan de Austria

1914 Falla Calles del Mar-Altar de San Vicente. Lema “Xe, ves a patina”,Círculo de Bellas Artes  Archivo J. Alcañiz

1915 Falla Salvador-Libertad. Archivo J. Alcañiz, Crítica a la subida del pan

1915 Falla de la Plaza de Porchets, Primer premio

1916 Falla Plaza del Pilar. BV

1921- Falla Valencia

1925 Falla calle Sogueros


1925 Falla Plaza Castelar 


1927, Falla "Gat per llebre"

1928 Falla Valencia

En 1927, la Asociación para el Fomento del Turismo, Valencia Atracción organizó el primer Tren Fallero, que facilitaba la llegada de más visitantes a la fiesta. El éxito hizo que la sociedad valenciana se involucrara todavía más en las fallas, incrementando el número de monumentos y mejorar la organización. Ver vídeo: Fallas en Valecia años 1928, 1929, 1931


1927 Tren fallero


1928 Interior de la Estación de Renfe. Llegada del  tren fallero

1930 s-1929 Estación Norte desde maques de Sotelo


En 1929, la Sociedad Valenciana de Fomento del Turismo encarga el primer cartel de Fallas al cartelista José Segrelles Albert.
Este mismo año se estrenó el pasodoble El FALLERO, compuesto por el maestro José Serrano y se publicó el primer programa oficial de festejos.

Primer Cartel de Fallas de Valencia 1929, José Segrelles Albert

Al año siguiente, 1930, se convoca por primera vez el concurso de carteles, consiguiendo el primer premio el profesor de la Escuela de Artes Aplicadas, Vicente Canet.
En 1932 se edita el célebre cartel El farol, de Rafael Raga Montesinos,considerado como muy logrado en ritmo y síntesis publicitaria, con un diseño de estilo Art Deco. 

Cartel Fallas de Valencia, 1930, Vicente Canet, Primer Premio 


Cartel Falles de Valencia, 1932, Rafael Raga Montesinos, “El Farol” 

A principio de los años 30 la fiesta había crecido mucho, los monumentos alcanzaban los 15 metros de altura y se manejaba en su construcción con habilidad, el cartón-piedra. Las fallas alcanzan profesionalización, se forma el gremio de los artistas falleros, separando la construcción de las fallas de la comisión fallera que se dedica a organizar la fiesta y pagar al artista fallero por su trabajo.
También, aparecen las primeras Fallas infantiles.

1934 Construcción de la Falla calle Escalante,Cabañal. Artista Modesto Gonzalez

Años 30,  Una de las primeras Fallas infantiles, situada en la Calle Naturalista Arevalo Baca

Para esta época,  igual que en las otras formas de arte  gráfico, es notable la influencia del estilo Art Deco no solamente en la creación de los carteles y programas de actos de la semana fallera sino también, en el diseño de los mismos monumentos de las Fallas.

1929 Falla Plaza de Mariano Benlliure, titulada “Juego de Damas”

1930 Falla calle Luis Morote

1930 Falla Blanqueras

1931 Falla Caballeros y plaza Manises BV

1934 Falla Plaza de la Región Valenciana. Artistas Canet, Ramil y Just, Critica a la sociedad de consumo



Según la información publicada, durante la guerra civil española (1936-39) las fallas no desaparecen, se siguen plantando fallas marcadamente propagandísticas de ambos bandos, pero la situación económica de la posguerra hace que hasta bien entrados los años cuarenta, no vuelvan a restituirse los monumentos a la categoría que gozaban antes de la guerra.


Finalmente, como hoy, las Fallas son las fiestas donde los valencianos comparten con el Mundo su ciudad, su arte, su alegría y sus tradiciones 

Traca - Siglo XIX, Calle de las Barcas, Valencia


Falleros- Principio siglo XX, Valencia

Carromano- Principio siglo XX, Valencia

1928, Valencia - Bunyolera

Bunyoleros en Fallas, Valencia



Fuentes documentación:1,2,3,4,5,6,78,9
Agradecimientos a Rafael Solaz