José Ortiz Echagüe, años 60,
autor de las fotografías del libro ESPAÑA - TIPOS Y TRAJES |
EL TRAJE POPULAR EN ESPAÑA
«…… trapasamos la Sierra de Gata en cuyas estribaciones sé asienta Montehermoso,
y en la vertiente norte, ya en Salamanca, cruzando alegres valles, alcanzamos
la Sierra de Francia, y en los lindes ya de las inhóspitas Batuecas
encontramos La Alberca, pueblo serrano de pintoresca traza rodeado de
corpulentos nogales y castaños.
En La Alberca, el traje actual es vulgar
y anodino, pero es aún posible reconstruir el traje antiguo que las mujeres de
cincuenta a sesenta años llevaron aún de mozas. Este traje es, sin duda, el más
rico y hermoso de toda España. Parece estar influido por un sentido religioso;
es un traje de hechura talar y sus adornos, de filigrana de plata y coral,
constituidos por enormes collares que descienden hasta las rodillas, están
llenos de imágenes, exvotos relicarios, todos ellos riquísimos y los más de
indiscutible antigüedad.
El valor de estas prendas hace que en varias sucesiones se
desperdiguen entré dilatada parentela y su reunión es cada día más difícil.
Llevan tocada su cabeza con amplio pañuelo de encaje que cae sobre los
ojos y rodea después el cuello, velando parte del rostro. El
traje es de pesado terciopelo ricamente galoneado. Largo delantal, especie de
casulla, cubre totalmente la falda por delante.
El hombre anciano lleva traje negro de chaquetilla y calzón cortos,
éstos con polainas, anguarina con hebilla de plata y sombrero de ala enorme
cual ninguno de España.
El traje joven parece más mixtificado; es de vivos colores, recuerda
al de Aragón, del que se distingue en la amplitud y riqueza de la botonadura
del chaleco.»
SALAMANCA - La Alberca
TIPOS DE LA ALBERCA. Los mozos de la sierra de Francia
visten, caso extraño en España, en que los trajes masculinos son casi en su
totalidad negros, trajes de muy chillones colores, generalmente de felpa de
terciopelo con finos dibujos. La prenda más característica es el chaleco, muy
cerrado sin duda para dar lugar a largas filas de diez grandes botones de plata
cada una, colgados de cadenas. Estos botones vuelven a repetirse a ambos lados
de los cortos calzones, en mayor número, también colgados de cadenas, por lo
que cascabelean al andar.
«Siguiendo la Sierra, cortando nuevos y ricos valles, llegamos a la
Sierra de Béjar, donde Candelario se asienta, otro lugar donde el traje
femenino se conserva aún vivo.
SALAMANCA.- Mozos de La Alberca
SALAMANCA.- Tipos de La Alberca
SALAMANCA.- Tipo de La Alberca
MUJER DE LA ALBERCA. CHARRAS DE LA ALBERCA. Riquísimo y curioso traje
éste, llamado de vistas, en cuyo estudio podrían invertirse largas horas. Sobre
la cabeza el blanco tocado de gasa con encajes y cintas de seda, que cae sobre
los ojos y rodea el cuello. Jubón de terciopelo negro, abierto por los codos,
adornado con galones y botones de plata. Sobre el jubón pañuelo de seda, y
sobre éste, a modo de joyel, collares de aljófar, enormes collares de plata y
oro de tenue filigrana con rojos corales. De ellos penden medallas, rosarios,
cristos, amuletos, encomiendas, relicarios. El "gran collar" da dos vueltas
y está formado por grandes carretes y gruesas bolas de labrada plata. A ambos
lados arrancan, bajo los hombros, dos grandes fajos de cadenas, de las que
penden otra vea toda la variedad de objetos religiosos antes citados,
encerrando oraciones, curiosas ofrendas, etc. Saya de paño fuerte, y sobre ella
hasta tres manteos: verde, azul y negro, adornados con terciopelo y galones.
Delante, el delantal morado con encajes de plata. Ceñidor de colores con
madroños de seda. Castas medias de lana y zapatos cuadrados
de rica hebilla. La charra de La Alberca se nos presenta así cual rica imagen
adornada con espléndido joyel. Aún quedan en Salamanca pequeños obradores,
restos de la antigua industria orfebrera charra, donde diestros artífices
trabajaban las delicadas joyas de origen árabe, según parece, ya que su uso se
remonta a los siglos XIII a XV. Con estos trajes hacen aún las albercanas su
oferta a la Virgen en la típica fiesta del 15 de agosto.
SALAMANCA.- Mujer de La Alberca
SALAMANCA.- Charras de La Alberca
TRAJES DE CEREMONIA. Para las ceremonias suelen llevar los hombres en
La Alberca una especie de casaca, que se abrocha tan sólo por dos afiligranados
broches de plata. Esta prenda es análoga a la que llevan los hombres en Ansó.
Conocida allí con el nombre de anguarina. El traje, de la misma hechura que los
de los mozos, sólo que negro, y un gran sombrero, que recuerda al de la
Robleda, pero sin bridas. Sobre la casaca una larga capa de esclavina.
Las mujeres llevan amplio manto, que cuelga por atrás, llamado el
ventioseno, por la clase de paño con que está fabricado.
Este manto, más breve y encuadrando la cara con un volante de seda, se
emplea también al norte de Salamanca en la región armuñesa, y recibe el mismo
nombre. En esta región, el traje femenino tiene también sus variantes, y está influido
más bien por el de Candelario, pues volvemos a encontrar el manteo de candilejas
y un breve serenero bordado.
SALAMANCA - La Alberca.- Trajes de ceremonia
VIEJO DE LA ALBERCA. Enjuto y cetrino, cubre su cabeza bajo enorme
sombrero. Frisa ya en los ochenta; guerreó con Don Carlos en los vericuetos de
las Hurdes. Fué pesadilla de la Guardia Civil, pasó trances amargos y al punto
estuvo de ser fusilado. Refiere pintorescamente sus hazañas y da razonables
consejos a los chicos del pueblo, que le escuchan atónitos.
SALAMANCA .- Viejo de La Alberca
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De diario, las mujeres presentan original silueta con su enorme moño
inclinado hacia delante, su manteleta, su amplia y lisa falda. Su silueta tiene
algo de grotesca y carece de la gracia de la montehermoseña. Sin embargo, al
endomingarse para ir a la iglesia, se transforma. Encuadran el rostro con
amplio pañuelo de seda blanco y sobre el mismo prenden la rica mantilla de terciopelo
que el alto moño mantiene enhiesta. »
SALAMANCA - Candelario
MUJERES DE CANDELARIO. Peinan sus grandes moños y sus
cocas, y de su cabeza penden lujosas cintas. Llevan jubón de terciopelo
brochado, las mangas abiertas hasta el codo. Botonadura de oro. El guarda-piés,
de pliegues, y sobre el mismo, el amplio manteo de paño del vecino Béjar, con
sus cuatro grandes canalones o "candilejas". Al borde el
"alrededor" de paño de distinto tono formando complicados adornos, y
como remate el "repulgo", banda de terciopelo y seda. A la cintura
amplia faltriquera. Media blanca y charolados zapatos de ricas hebillas.
DEVOTAS DE CANDELARIO. Sobre la cabeza el amplio
pañuelo encuadrando el rostro, y sobre él la negra mantilla de brochado terciopelo
rematado en ancha cinta, que llaman tirana. Por delante termina en volante de
encaje negro, que cobija el rostro. Tales son las prendas con que se toca,
realzando su rostro, la mujer de Candelario para ir a la iglesia.
SILUETAS DE CANDELARIO. Al salir a la calle, la charra
de Candelario se protege con el senenero, pañete verde o amarillo, bordeado de
cintas y sujeto por delante por sus dos puntas con rico broche. Sencillo para
el diario uso, se adorna y enriquece para las ocasiones. Tal es el caso de las
tres mujeres que destacan su silueta sobre la vieja casa de amplio barandal.
SALAMANCA .- Siluetas del Candelario
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« En prolongación de la sierra de Francia sigue la de Gata, que da
asiento a pueblecillos como Robleda y Peñaparda, de la región del Rebollar,
foco del traje charro que se reputa como el más primitivo de los que aún
perduran.
Es muy interesante el traje de hombre de Robleda, caracterizado por su amplio sombrero de grandes alas
sujetas por cordones a modo de bridas. Llevan también chaquetilla o sayo con
aldetas, que recuerda a la de Lagartera, sólo que aquí es más ceñida y se
sujeta con cordones por delante. Camisa con alto cuello y lujoso chaleco. El
traje de la mujer es un intermedio entre el de Peñaparda, influido por el
extremeño y el del vecino Ciudad Rodrigo, ya salmantino del llano. »
SALAMANCA - Roblera y Peñaparda
MOZOS DE ROBLEDA. El traje masculino de Robleda es más interesante que
el de Peñaparda, sobre todo por los amplios sombreros con bridas o cordones que
sostienen las enormes alas. Es muy característico el sayo, o chaqueta de paño
con aldetas, que llevan en todo el borde especie de solapas de otro color,
adorno que se repite en las bocamangas. Estos sayos se atan cerrándose por
delante con cordones. Los chalecos, de idéntica forma que en Peñaparda, están
cuajados de brillantes bordados. Llevan también el pañuelo de seda como en
aquel lugar, sólo que colgado de la faja, sin duda para no ocultar el lujoso
chaleco.
Tienen cierta elegancia las siluetas de estos mozos de Robleda al
marchar airosos por las calles del desamparado pueblo, situado en un llano
salpicado de manchas de robles corpulentos.
El traje de la mujer no se entronca tanto como el de Peñaparda con el
extremeño, y su proximidad a Ciudad Rodrigo ha hecho que el charro influya
decisivamente en la indumentaria femenina del lugar.
SALAMANCA.- Mozos de la Robleda
SALAMANCA.- Mozos de la Robleda
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«El traje femenino de Peñaparda,
de paños toscos y listados, confeccionados en el lugar, es muy primitivo.
Tiene, sin duda, influencias montehermoseñas, como son la manteleta cruzada y la
corta falda, así como el pañuelo suelto sobré la cabeza. Las piernas al aire
desde la rodilla las cubren con sencillas medias o con estas muy bordadas al
estilo de Lagartera. El traje masculino dé Peñaparda es casi idéntico al de
Robleda, salvo el sombrero, más vulgar y de más modestas proporciones. »
SALAMANCA - Peñaparda
TRAJES DE PEÑAPARDA. Salamanca es probablemente, entre todas las
provincias españolas, la que más conserva su vieja indumentaria, y si bien es
que como foco vivo de traje femenino sólo existe Candelario, perduran en toda
la provincia gran número de fiestas y funciones religiosas a las que las gentes
asisten ataviadas con sus ropas charras.
Los trajes de La Alberca y Candelario, de las sierras de Francia y de
Béjar, son esencialmente distintos de los del llano que se extiende desde
Salamanca a Ciudad Rodrigo, y éstos a su vez difieren de los de la ribera del
Duero, que persisten aun en pueblos como Aldeadávila y Villarino. Muy
diferentes son también los traje: de la región del Rebollar, limitando con
Cáceres, que pueden aún verse en Peñaparda y Robleda.
El traje de Peñaparda, juzgado como el más primitivo de la provincia,
poco tiene que ver con el charro. Llevan sobre el busto las mujeres un mandil o
serenero casi idéntico al de las montehermoseñas, aunque más adornado; llevan
también faldas o manteos muy cortos, con las medias al aire, y zapatos de
hebilla, lo que se repite en Montehermoso, si bien en éste las faldas son mucho
más plegadas y se superponen en mayor número. Las mangas terminan en adornadas
carteras, y bajo las mismas se asoman los puños de la chambra, especie de
manoplas con flecos de colores. Llevan, por último, como las montehermoseñas,
pañuelos sobre las cabezas, si bien los dejan siempre sueltos, sin anudar.
Todas estas semejanzas y la existencia también de sombreros de paja con capota
en esta región inclinan a referirla al traje cacereño más que al charro, lo que
nada tiene de extraño, dada la proximidad de Extremadura. Tienen también
prendas lagarteranas, como las policromadas medias, que usan en ocasiones.
Por la parte anterior llevan dos faltriqueras colgando de la cintura y
adornados cordones, de los que penden llaves, tijeras y otros objetos de uso
domésticos. Los lienzos de todas las prendas son de toscos tejidos de franjas
de colores, confeccionados en el lugar. Los hombres llevan sombreros de breves
alas, adornados con cintas de colores y grandes borlas, que caen por atrás.
Llevan amplias y largas capas, chalecos con escoté cuadrado; colgando de los
mismos, y como lujosa ostentación, pañuelos de seda dé vivos colores.
SALAMANCA- PEÑAPARDA.- Mujeres en traje de fiesta
SALAMANCA- PEÑAPARDA.- Requíebros
SALAMANCA.- Nenas de Peñaparda
SALAMANCA.- Mozos de Peñaparda
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«Dejando la serranía, bajemos al llano, a la dilatada campiña de
Salamanca, y en cualquier pueblecillo de la misma podemos encontrar en los
arcones el traje charro del llano, que casi todas vistieron en sus bodas.
Las mujeres llevan sobre el corpiño toda clase de joyas, de tamaño más
moderado que en La Alberca; riquísimas mantillas, cintas que penden del moño y
de la cintura. La figura abigarrada por delante adquiere, vista de espaldas,
simplicidad y armonía singulares.
El charro de ajustado traje tiene como prenda distintiva del resto del
traje varonil español la polaina de cuero, indispensable a sus hábitos de
jinete.
En la ribera, pueblos como Villarino y Aldeávila conservan él traje charro femenino del llano con toda su
pureza. El masculino ha sido casi abandonado, y para las fiestas visten sobre
las prendas vulgares graciosas y cortas blusillas cuajadas de bordados. En la
Armuña, al norte de Salamanca, existen algunas variantes, tales como la
reaparición del sombrero de paja, de capota, análogo al de Ávila, y faldas que
recuerdan a las de Zamora. Usan también una curiosa prenda, la sobina, corta
mantilla adornada por delante por un volante que rodea el rostro.»
SALAMANCA - El llano
GRUPAS CHARRAS. Gentiles siluetas las de estas charras del llano, que
cabalgan sobre las grupas de las jacas, a espaldas de sus parejas. Amplias faldas
o manteos de afiligranados bordados. Ricas mantillas de sutil encaje y más rico
joyel de collares con cruces, tembladeras, encomiendas, cristos y corazones. Al
caer de la tarde, de regreso de la ciudad vecina, cruzan el encinar que
circunda la aldea.
SALAMANCA .- Grupas charras
CHARRAS DEL LLANO. Visto de espaldas, el traje charro adquiere una
prestancia religiosa. Pañoleta de encaje, rico crucero bordado o dengue, cintas
que penden del moño en señal de soltería y. encima, la mantilla terminada en
dorado remate.
SALAMANCA .- Charras del llano
CHARROS DE SALAMANCA.—Ajustados trajes de rico pectoral y ceñida polaina,
ricas botonaduras, brochadas chaquetas, visten estos charros de airosa traza.
SALAMANCA .- Tipos charros
CHARRAS DE ALDEADÁVILA. MOZOS DE ALDEADÁVILA En la
raya de Portugal, junto al profundo cañón del Duero, está Aldeadávila, coa sus
trigales naciendo entre peñascos. Las mujeres conservan el más puro traje
charro, de chocante uniformidad. Mantilla de negro terciopelo, con lujosos bordados,
bajo la que asoman las rodelas con sus siete agujas de afiligranadas cabezas.
Sobre el mantón de flecos, profusión de collares de bellotas de oro. Los
hombres han bastardeado el traje charro, pero en lugar de adoptar la vulgar
blusa de percal de otros lugares, han puesto la moda de vestir graciosas blusillas
cortas, llenas de complicados adornos, que en algunos casos cubren casi por
completo la prenda.
SALAMANCA - Aldeadávila.- Charras de fiesta
SALAMANCA - Aldeadávila.- Mozos en domingo
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«Salamanca es la provincia donde el traje se nos presenta en más
variados matices, siendo los tres a que nos hemos referido los más clásicos y
distintivos. »
(Continuación...)
Fuentes: El texto y las imágenes de las
fotografías de José Ortiz Echagüe son reproducidos del libro: España - Tipos y
trajes, publicado por "Bolaños y Aguilar" - Madrid (Años 30-40?)
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