Bal Masqué, Leo Rauth,1911
En esta época y para el principio del siglo XX , los Bailes de Mascaras eran tema constante en el arte gráfico: revistas ilustradas con dibujos y grabados, carteles o invitaciones.
Las fiestas de disfraces tienen una larga historia y según
algunos, sus orígenes se remontan a las antiguas Sumeria y Egipto, hace más de
5.000 años. Se celebraba en todos los pueblos de la antigüedad: en la antigua
Grecia, en la época del Imperio Romano,
e incluso en el teatro japonés.
A comienzos de la Edad Media, este tipo de celebración pública
denominada Carnaval, se asocia con el
catolicismo y tiene lugar antes de la
cuaresma cristiana, con fecha variable (desde finales de enero hasta principios
de marzo según el año). La etimología la propuso la Iglesia Católica: del latín vulgar
carne-levare, que significa 'abandonar la carne'.
El Carnaval contra la Cuaresma, Brueghel el joven (XVII)
Los BAILES DE MASCARAS o bal masqué, donde los
participantes disfrazados utilizan una máscara, aparecieron en el siglo XV. Se organizaban para la
temporada de Carnaval pero cada vez más,
se incluían en la celebración de eventos de la vida de corte medieval. Eran eventos
complejos con danzas elaboradas, a menudo alegóricas, llevadas a cabo por
miembros de las clases sociales superiores, la nobleza.
Baile de mascaras, Luis Paret y Alcázar, 1767
En el siglo XVI, durante el Renacimiento, los bailes de
máscaras llegan a ser un poco más populares y en Italia se extendieron hasta
festividades públicas con disfraces. La mayor fama la adquirieron los asociadas
con la tradición del Carnaval de Venecia. Se volvieron populares a lo largo de
Europa continental en los siglos XVII y XVIII, y posteriormente, en América.
Carnaval, August von Voorden, 1881-1921
Los bailes de máscaras y los carnavales permitían cierto descontrol con
resultados fatales y en ocasiones, sirvieron para guardar el incógnito y gozar de impunidad
en venganzas y conspiraciones.
Así, en 1393, en Paris, durante la celebración de la boda de
una dama de honor de la reina de Carlos VI,
fue llevado a cabo un baile con disfraces, el llamado Bal des
Ardents. El rey y otros cinco miembros de su séquito se vistieron de sátiros
con ropas altamente inflamable,s hechas de brea y lino. El acercamiento de una
antorcha hizo que los bailarines se incendiaran. Cuatro de los hombres murieron
y el rey Carlos se salvó. Se dice que
Edgar Allan Poe se inspiró en este episodio para su relato corto "Hop-Frog".
Le Bal des Ardents, Jean Froissart, 1450-1480
Más tarde, Gustavo III de Suecia, fue asesinado en un baile
de máscaras – evento que inspiró a Giuseppe Verdi para la ópera Un Ballo in
Maschera.
Suite d'un bal masqué, Jean- Léon Gérôme, 1857
En España, las fiestas de disfraces se celebraban en tiempo de los romanos, durante la dominación de los árabes y a su
expulsión y fueron prohibidas en 1523, por Cárlos I.
En 1767, Cárlos III permitió que volviesen las máscaras, y
se introdujeron en el teatro los bailes.
Baile de mascaras, Francisco Goya, Ca. 1808-1820
Salida de un baile de mascaras, José García Ramos, 1905
En febrero de 1891, el Círculo de Bellas Artes de Madrid inicia los Bailes
de Máscaras, considerada hoy, la actividad más antigua de su historia. Como actividad artística relacionada, anualmente, celebraba
el concurso de carteles para elegir el que iba a ser la imagen del respectivo año.
El primer ganador fue el pintor valenciano Cecilio Plá en 1892.
Cartel premiado, Cecilio Plá, 1892
En esta época y para el principio del siglo XX , los Bailes de Mascaras eran tema constante en el arte gráfico: revistas ilustradas con dibujos y grabados, carteles o invitaciones.
Grabado siglo XIX
Publicación 1932
Las publicaciones de la época anunciaba los eventos y presentaban las tendencias en la moda de los disfraces.
Revista Ilustración Española y Americana, 1892
MODA de Disfraces infantiles, Traje rusa, Evelyn Holl, “La muchacha del Volga”1932
Durante los eventos, publicaban fotografías de las actividades especiales y de los numerosos concursos organizados.
1913, San Sebastián.- Grupo de niños que asistieron al baile infantil organizado por la Cámara de Comercio y efectuado con gran brillantez en el Hotel Reina Cristina.Foto: LECUONA
1913, Valencia, Primer Premio de máscaras en grupo
1913, León – Señoritas de la buena sociedad leonesa que asistieron
al baile de trajes efectuado en los salones del Sr. Sanz. Foto: GARCIA
1917, Barcelona. Aspecto del Paseo de Garcia durante el
festival.
1917,“Ni en el Japón”, coche propiedad de los Sres.
Rodriguez Gamarra, que obtuvo el primer premio en el Concurso de Carnaval,
celebrado en Madrid. Foto: CAMPÚA
1917, Luisa Puchol, del Teatro la Eslava, que obtuvo el
primer premio de disfraces en el baile de mascaras del Circulo de Bellas Artes.
Foto: KAULAK
Con la Guerra Civil, los Bailes de Máscaras y los mismos
Carnavales fueron prohibidos. Posteriormente, las fiestas de disfraces se reiniciaron y el Circulo
de Bellas Artes volvió a organizar los Bailes de Mascaras desde 1984 pero nunca alcanzaron la importancia y el alcance social como en sus épocas doradas.
Hoy, ya no existen estos Bailes de Máscaras, estos grandes
eventos llenos de fantasía, con su ambiente mágico y misterioso y sus originales
espectáculos artísticos, donde los participantes lucían vestuarios de excepcional originalidad y calidad, donde
la noche entera era para bailar con la sensualidad y la libertad que permite un
baile de máscaras.
Existes los eventos públicos como el Carnaval en la
calle, de día, con trajes a menudo de mala calidad que probablemente, no generan el mismo tipo de
sueño o estado de ánimo.
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